jueves, 4 de octubre de 2018

BONZOS vs LOS CLAVOS: EL ROCK N’ ROLL ES SU VIDA


Kafe Antzokia, Bilbao

Hay teclas infalibles para conectar con la audiencia. La nostalgia es una de ellas, quizás la más potente. Un sentimiento que lo mismo puede aplicarse para rememorar viejos amores de juventud que para sorprenderse por el paso del tiempo y lo mucho que hemos cambiado. ¿Por qué han desaparecido míticas tiendas que parecían inmortales? ¿Qué fue de aquellos amigos con los que empezamos a escuchar los primeros discos? ¿Existe farra más allá de los treinta?

Todos esos dilemas existenciales tratan los Bonzos en su último trabajo ‘Misión Suicida’, la confirmación en menos de un año de que la banda getxotarra ha vuelto para quedarse tras un parón de dos décadas, que se dice pronto. Y si con ‘Hagamos América punk otra vez’ pusieron el listón por las nubes al facturar piezas que son ya himnos en directo como “Lluvia, hierro y rock n’ roll”, su nuevo trabajo no desmerece en absoluto en calidad compositiva, a pesar de que quizás hayan aminorado un poco el ritmo. Pero la esencia Ramones ahí permanece, en consonancia con otros que ya transitaron el camino antes que ellos como Los Vegetales y otros que se unieron más tarde como Airbag o F.A.N.T.A. Una gran familia feliz.


Nada mejor que aprovechar una única cita para presentar disco y a la vez inaugurar la nueva temporada del exitoso ciclo Izar & Star, que en esta novena edición incluirá homenajes a la psicodelia de los sesenta o al coloso del soul Marvin Gaye. Quizás porque todavía en esas fechas muchos seguían de vacaciones, lo cierto es que tampoco se concentraron las multitudes que merecería tan magna ocasión, pero por lo menos se congregó la afluencia necesaria para montar gresca.

Con una primera parte dedicada a Los Clavos, legendario combo que dinamitó la escena getxotarra alternativa a principios de los noventa y que desde 1995 nunca se había vuelto a juntar, los actuales Bonzos afrontaron un repertorio vigoroso que ha resistido sin problemas el paso del tiempo. “She Could Tell” marcó los enérgicos parámetros de la velada, pero había una sima insondable entre artistas y público, así que el líder Juancar Parlange tuvo que pedir a la peña que se acercara porque “una gran noche no empieza con una ensalada y un buen concierto no empieza a dos metros del escenario”.


Sin pausa alguna apretaron con un “Revolution” que destilaba agallas nórdicas a lo Turbonegro y no menos incisiva resultó “Wrong Way”, cantada por el bajista en plan punk. La cara amable vía el power pop de The Rubinoos se alcanzó con “Just Another Day” antes de insuflar abrasión en la versión de Hüsker Dü “Turn On The News”. Y como nexo de unión entre ambos mundos, o más bien diferentes etapas de una misma banda, hizo Martín de Capsula, productor de los dos discos de Bonzos, que se marcó con ellos el “What Goes On” de The Velvet Underground para finiquitar con solvencia la primera parte del show.

Tras un breve parón regresaron ya para la puesta de largo de ‘Misión Suicida’ con “Situaciones”, adaptación en castellano de Slaughter & The Dogs, y “El expreso de Badajoz”, que ya habían avanzado previamente en bolos anteriores. Sin desviarse en absoluto del orden que puede escucharse en estudio, enfilaron con la tralla ramoniana de saltar lágrimas de “Tú y yo” y el vocalista Juancar no dudó en recomendar la peli de Milos Forman y el libro de Ken Kesey ‘Alguien voló sobre el nido del cuco’, protagonista precisamente de su pieza “El nido del cuco”. Y no podía faltar el homenaje que tributan a Antonio Vega en “Alta tensión” de Nacha Pop, “uno de los mejores discos de la historia”, sentenció Parlange.


El legado de Joey Ramone y compañía sobresalió de nuevo en “Cementerio indio”, donde bordaron los coros. Y recuperaron la mirada nostálgica hacia aquellos lugares que ya no existen en “Esta ciudad ha muerto” o la zona que les vio nacer en “Punta Galea”, una suerte de “Rockaway Beach” local donde rememoran la figura del mítico acantilado de Getxo así como el ambiente del Puerto Viejo de Algorta, algo que removería las entrañas de cualquiera criado por esos parajes.

La declaración de principios “Hombre Bala”, aparte de para dar título a su último disco, sirvió para insuflar más calor todavía en una velada a machamartillo, con el único receso antes mencionado, que entró como un tiro y confirmó que la banda actual anda más que bien engrasada. No bajaron un ápice de emoción con las inevitables tonadillas playeras tipo “As del surf” o “Tas Pappas”, “el único skater que importa”, todo un retrato de la rocambolesca vida de un astro australiano de este deporte.


Y una vez terminado el repaso a su material reciente, se acordaron del lanzamiento con el que regresaron a los escenarios en “Te cuidaré más que a mis ojos” y “Bonzo Girl”, que se pueden considerar ya auténticos himnos, al igual que “Narco punk”, otro trallazo apabullante cargado de referencias culturales al rollo. Y “Lluvia, hierro y rock n’ roll” evocó tanto los tiempos del rock radikal vasco que alguno hasta gritó: “¡Me cago en Dios!”, a lo que Juancar respondió: “¡Como Willy!”.

Quedaba munición sentimental todavía con “Nueva York” antes de que irrumpiera otra vez Martín Capsula para arrancarse con un “Quise ser Gardel” niquelado por su acento argentino. Echamos de menos la preciosidad “Crush On You” y su inefable aire al “I Wanna Be Your Boyfriend” de Ramones, pero era indiscutible que aquello se había tornado todo un festival de temazos. Una sesión inapelable que pasó como un suspiro y que seguramente se convirtió en la mejor vez que les habíamos visto. Su cancionero se ha engrandecido sobremanera. Ya lo dicen en “Hombre bala”, el rock n’ roll es su vida.

TEXTO: ALFREDO VILLAESCUSA
FOTOS: MARINA ROUAN









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