lunes, 26 de septiembre de 2022

BONZOS + GARBAYO: A VELOCIDAD METEÓRICA

 

Sala Azkena, Bilbao

 

Siempre viene bien un concierto de esos de soltar adrenalina, uno de esos eventos para descargar tensiones acumuladas y que opera en el fondo del mismo modo que un masaje terapéutico o un chupito para ponerse a tono. No hay que renunciar nunca a esos momentos en los que el mundo se para, la atención se concentra en un único lugar y ya puede caer una bomba nuclear en el exterior porque dará igual, lo verdaderamente relevante se encuentra a escasos metros.

Así afrontamos la impresionante dupla montada en la bilbaína sala Azkena que reunía a dos bandas tan gordas de la escena local como Garbayo y Bonzos. Los aficionados ya habían podido disfrutar de ellos en otras ocasiones recientes, pero un servidor tenía la espina clavada con los segundos, pues todavía no les habíamos visto en su nueva reencarnación con repertorio íntegro en inglés, pero idéntica pasión por los Ramones.

 

Calificar de mero entremés lo de Garbayo sería de una profunda injusticia, pues hubo un ambientazo desde que el getxotarra se arrancó con las primeras notas de “Busca entre la basura” y la cosa no decayó en ningún momento, con puntos álgidos como “Delincuentes románticos”, todo un trallazo de power pop capaz de levantar a un muerto, o “Nitroglicerina”, otra joya que epataría en cualquier escenario imaginable. La banda sonó impecable y con unos mimbres tan rotundos se nos antoja complicado que puedan dar alguna vez un bolo mediocre. Un auténtico subidón.

Garbayo
 

Y lo de Bonzos fue un cañonazo de principio a fin, uno de esos recitales a toda pastilla en el que si se te ocurre ir al baño o a pedir algo, igual ya te pierdes un puñado de canciones. “Too Many Kisses” abrió la veda ramoniana y ya no pudimos desviar la atención ni un segundo. A pesar de que algunas piezas como “Are You Gonna Kiss Me?” en estudio tampoco vayan a velocidad supersónica, esa noche Juancar y los suyos estaban desatados, pues oficiaron a un ritmo trepidante. Las únicas pausas admitidas eran los escasos segundos entre una canción y otra, a menudo espoleados por el clásico “one, two, three, four”.

“Heart with Seven Locks” es una delicia ideal para romper la pana en las distancias cortas, del mismo modo que la soberbia “With a Girl Like You”, con un comienzo que remite por completo a Joey Ramone y compañía. “Steady with Betty” también resultó un visto y no visto, con Ricky sobresaliendo a la batería, tuvo que acabar verdaderamente reventado.

  

No pensaba que se podían tocar estas canciones tan rápido, pero veo que sí”, confesó Juancar. Hicieron un breve alto en el camino con “Crush On You”, “una canción de hace veinte años que ha vuelto para quedarse”, podría ser tranquilamente su “I Wanna Be Your Boyfriend”, aunque al final les quedó hasta más cañera que en estudio. Sin medias tintas.

“Drive-in Movie” volvió a demostrar la reseñable capacidad compositiva de Juancar Parlange, no hay que olvidar que también ha estado al frente de Help Me Devil en clave rock n’ roll y hasta se atrevió con un interesante proyecto de industrial primigenio a lo Suicide en First Girl On The Moon, entre otras cosas. Un talento que no entiende de estilos o compartimentos estancos.

 

El carácter frenético de la velada no disminuyó un ápice con “I Don’t Know” y ya “I Wanna Hold You Tight” acrecentó los pogos por el recinto, así como el impulso por arremolinarse en torno al escenario. “Bonzo Girl” solo podía conseguir que los ánimos se elevaran, estamos hablando de uno de sus himnos para dejarse la garganta. La descomunal entrega de la afición hizo mella en el propio grupo, pues su bajista con apariencia de Dee Dee Ramone agitó con ímpetu el bajo y lanzó la púa casi como si le diera calambre.

Lo que desde luego pocos se esperarían es que entonces bajarían las revoluciones con el histórico “Surrender” de Cheap Trick, la última frase la cogemos con pinzas, pues la batería de Ricky le imprimió la fuerza que a veces se echa de menos en la original. Apabullante.

  

Todavía remataron con un “I Want You Back” que terminó de enfervorizar a la peña de las primeras filas y colocó su bolo en lo mejor que hemos visto en los últimos meses. Pero no se acabó el asunto ahí, pues regresaron para un par de bises con algunos invitados como Anero Cordura, que con camiseta de The Misfits finiquitó la sesión por todo lo alto como solo un evento de tal envergadura merecería.

“¡La vez que les he visto tocar más rápido!”, decía un espectador y la verdad es que razón no le faltaba, pues hacía tiempo que no veíamos a un grupo darle cera a velocidad meteórica. Con lo que odia un servidor las palmas y demás tonterías que se suelen hacer para perder tiempo, agradecimos de veras una banda que fuera directa al grano, sin rollos, música y punto, no hay más. Esperamos desde ya con ganas su concierto junto a Paul Collins Beat el 11 de noviembre en Getxo. ¡Apunten fecha!

 

martes, 13 de septiembre de 2022

FUNDACIÓN FRANCISCO FRANKENSTEIN + SILVER SURFING MACHINE: SOBREDOSIS RAMONIANA

 

Sala Azkena, Bilbao

 

El crítico Stephen Thomas Erlewine dijo que los primeros cuatro discos de Ramones sentaron las bases para todo el punk y el hardcore que surgiría en las dos décadas siguientes. Una afirmación que podría parecer exagerada, pero que se torna la mar de cierta si uno se pone a calibrar la tremenda influencia que tuvieron los de Forest Hills en toda la costa oeste norteamericana en bandas como The Dickies, NOFX, Bad Religion y un amplio etcétera que se extiende casi hasta nuestros días.

Si uno se traslada al ámbito peninsular no tardará en acordarse de Los Nikis, los llamados Ramones de Algete, pero tampoco convendría olvidar a los fantásticos Los Vegetales de Mauro y Nacho Canut o a Airbag y F.A.N.T.A. como fundamentales referencias a la hora de dar lustre al legado de Joey Ramone y compañía. Dentro de este último grupo incluiríamos sin duda a Fundación Francisco Frankenstein, que reproducen al milímetro los parámetros de sobra conocidos y que no necesitan explicación alguna, un simple “one, two, three, four” actúa como contraseña para fieles y amantes del género.

Fundación Francisco Frankenstein
Programar conciertos en plenas fiestas bilbaínas podría considerarse una actividad de riesgo dada la abundancia de bolos gratuitos, pero a veces la amplia demanda permite lograr incluso una afluencia digna en condiciones adversas. Así sucedió en la sala Azkena, aunque el respetable era completamente diferente en los teloneros y en los cabezas de la velada. Los que disponemos de gusto versátil disfrutamos de ambos.

La verdad es que había que andar con ganas para pillar el punto al space rock de Silver Surfing Machine, una suerte de territorio indefinido entre Hawkwind, Spacemen 3 y Eskorbuto, aunque también había cierto deje a bandas de la Movida. Hubo muchos que prefirieron quedarse fuera fumando, pero no estuvo nada mal el show psicodélico que montaron con proyecciones hipnóticas de fondo, niebla y temazos como “Hay un lugar” que lo mismo podría recordar a Tropical Fuck Storm. Un entremés muy digno para abiertos de mente.

Silver Surfing Machine
Ataviados con boinas como si se hubieran fundido de un plumazo con el folklore autóctono, Fundación Francisco Frankenstein expusieron con “Atado y bien atado” los principios de su peculiar movimiento, esto es, mucho cachondeo y melodías reminiscentes a Ramones 100%. “No se os puede dejar solos” mantuvo el interés con puño de hierro y “Lo que no puede ser” desencadenó algunos pogos.

Era un concierto de esos que iba como un tiro, en el que si te ausentabas unos minutos, ya te perdías una parte importante del mismo. Daba igual que “Barbacoa en Varanasi” comenzara muy parecido al “Havana Affair” de Ramones,  no sería el único homenaje directo o indirecto a los de Queens. Lo bueno que tiene moverse por unos parámetros tan definidos es que casi resulta imposible que se hagan pesados en ningún momento, se sabe de sobra lo que hay, por lo que aquí no había engaño.

Fundación Francisco Frankenstein
Sin hablar nada salvo para soltar alguna gracieta, fueron fundiéndose un repertorio frenético con alusiones místicas en “Palabra de chamán” o las inevitables referencias al periodo estival en “Yo no hago surf”. Y legaron su particular “I Wanna Be Your Boyfriend” en “Yo no te quiero”, una de las cumbres de la noche con la aportación de Tere a la voz que rompió esa homogeneidad que a veces inundaba todo de manera involuntaria.

“Tontos a las 3” podría recordar en su inicio al mítico “Demolición” de Los Saicos, unos guiños que lejos de revelar falta de imaginación denotan un auténtico amor por la música. ¿A quién no le gusta escuchar esos “one, two, three, four” que evocan de inmediato a Johnny Ramone y compañía?

Tere, de Fundación Francisco Frankenstein.
“Nadie en casa” siguió reproduciendo la ortodoxia ramoniana, al igual que “Ya no estamos”, en el que hasta se animaron a introducir un “Gabba Gabba Hey” para deleite de la entregada afición. Por cierto, señalar que seguramente habría el doble o triple de gente que durante los teloneros, por lo que el ambiente no se pareció en absoluto al que se respiraba minutos atrás.

Y no dudaron en dedicar “El general” a Franco, “el rey del reguetón”, todo un ataque políticamente incorrecto contra ofendiditos que ponen el grito en el cielo por letras de canciones. Parece mentira que todavía sucedan esas cosas en 2022. Impagable resultó contemplar a una multitud de forofos del punk corear con convicción ese contagioso estribillo que dice “reguetón”. Enorme.

“Gracias por irte” no se apartaba de las coordenadas establecidas, pero molaba igualmente por su apelación a los aficionados a hacer bombas de humo, que fijo que no son pocos. Y “Esta noche” guardaba un aire al “I Don’t Wanna Walk Around With You” de Ramones que tampoco caería en saco roto entre el personal con ganas de jarana.

Preguntaron a la peña cómo se decía “otra” en euskera y no tardaron en responder desde la concurrencia con un sonoro “beste bat”. “Solo quiero divertirme” de Aerolíneas Federales volvió a dejar el apartado vocal en manos de Tere, que añadió versatilidad al conjunto después de que sus compañeros advirtieran que no se iba “a desnudar”. ¡Pero yo sí!”, añadió enseguida el vocalista habitual y guitarrista.

No podría faltar “Voy a ser un drogata”, que es su peculiar adaptación de “I Wanna Be Sedated”, Ramones a paladas, claro que sí. “Hay que sudar esa boina”, les dijeron para que se estiraran todavía más, y a fe que lo hicieron con “Vuelva usted mañana”, un reflejo de esa indolente actitud patria que ya denunciaba Larra allá por el siglo XIX en un artículo del mismo título. El comportamiento de los funcionarios no ha variado demasiado desde entonces.

Vale que estos mallorquines no inventen tampoco la rueda dentro del punk, pero siempre agrada disfrutar de una sobredosis ramoniana entre pecho y espalda, sin pretensiones de grandeza o de cambiar el mundo, simplemente por la noble causa de pasárselo bien. ¡Que se conserve en pie muchos años esta fundación!   

TEXTO Y FOTOS: ALFREDO VILLAESCUSA

 

 

miércoles, 7 de septiembre de 2022

LOS ITALIANOS NEW CANDYS A PUNTO DE RECALAR EN LA SALA AZKENA


 

Ya no queda nada para que los italianos New Candys recalen en la bilbaína sala Azkena. Una cita que no deberían perderse los aficionados al shoegaze o al rock alternativo de grupos como The Jesus & Mary Chain, The Raveonettes o My Bloody Valentine, entre otros. Como muchos recordarán, este concierto tenía que haberse producido a comienzos de año, pero por las dificultades derivadas de la pandemia tuvo que posponerse hasta septiembre.

New Candys es una banda formada en Venecia (Italia) en 2008 y ya disponen de sobrada experiencia internacional, puesto que han participado en festivales como SXSW, Desert Stars Festival o Liverpool Psych Fest. También han compartido gira con nombres consolidados como The Dandy Warhols o The Brian Jonestown Massacre, entre otros.


 

Algunas de sus canciones han aparecido en capítulos de la serie “Shameless” y su último disco de estudio ‘Vyvyd’ ha contado con la colaboración del productor ganador de un Grammy Tommaso Colliva. En la actualidad, New Candys lo componen Fernando Nuti a la voz y guitarra, Andrea Volpato a la guitarra y coros, Alessandro Boschiero al bajo y Dario Lucchesi a la batería y samplers.

A los venecianos les acompañarán los locales Silver Surfing Machine, que con su aire a lo Hawkwind se antojan el aperitivo perfecto para una noche donde la psicodelia y las guitarras se convertirán en protagonistas. Aquí puedes encontrar entradas.