Sala Rock Star, Bilbao
Lo cierto es que no existen demasiados conciertos en los que uno pueda decir que conoce a casi todo el mundo, por lo menos de vista. Porque, al fin y al cabo, los que nos movemos por el circuito rockero somos siempre los mismos, salvo alguna que otra incorporación dependiendo del grupo que se trate. Y ojo, pocos poseen el insólito don del eclecticismo que a veces te hace acudir a los bolos por mera curiosidad, igual que aquel que siempre echa un vistazo por la puerta entreabierta.
Motorists
El regreso de la bilbaína sala Rock Star al circuito concertil de la capital vizcaína desde luego era una buena noticia con la suficiente magnitud como para personarse allí y dar de esa manera apoyo a todas las futuras sorpresas que nos tengan deparadas para los próximos meses. La apelación al power pop de los cabezas de la velada sirvió de leve reclamo para los melómanos de pro, esos que no se dejan distraer por colorines ni por voces enlatadas.
Un medio centenar de fieles acudieron a la llamada de este primer evento en una nueva etapa de una sala por la que en su época ya pasaron unos cuantos artistas internacionales. Tal vez los de esa noche no tuvieran un desbordante poder de convocatoria, pero se antojaban perfectos para esa suerte de bautismo del recinto. Deberían haber dado carnets de socios preferentes o algún tipo de distinción a todos los que asistieron al bolo.
The Smashing Times |
Abrieron sin demasiada pompa The Smashing Times, naturales de Baltimore que por su aspecto parecían más bien una comuna hippy, sus dos chicas incluso llevaban pintados coloretes en las mejillas. Su rollo era una especie de psicodelia con ecos de Pavement, The Byrds y demás combos de los que queda bien decir que te molan, pero tampoco eran un desenfreno excesivo. Echamos de menos un poco más de garra en sus composiciones, aunque para calentar el terreno podrían servir.
Los canadienses Motorists, por el contrario, sí que nos sorprendieron gratamente, pues en directo ganaban bastante en intensidad respecto a lo escuchado en estudio. El matiz guitarrero que poseían deudor de The Replacements o Hüsker Dü les convertía en un plato apetecible seguramente para la mayoría de los asistentes, por no mencionar alguna melodía que otra tipo Big Star. Un menú nutritivo, como poco, para el espíritu.
Motorists |
“Surrounded”, que abría su último trabajo de estudio, demostró que en el aspecto compositivo cuentan con dignas bazas. Y la verdad es que se lo montaron bien alternando voces el bajista y el guitarrista con ese gancho que quizás les faltaba a sus predecesores en escena.
Confesaron que se encontraban tristes por tener que abandonar la península después de estar seis días por nuestro país. El entusiasmo del personal a comienzos de semana tampoco era impresionante, aunque sirvió para que el trío se llevara una aceptable impresión de la zona. Una sensación que sería del mismo modo compartida por los fieles, pues los músicos exprimieron de lo lindo los instrumentos en las distancias cortas.
Motorists |
“Through to You” fue una de las cimas de la velada, no en vano se trataba de uno de los cortes que más llamaban la atención en su último disco. Y “Go Back” se antojó de igual manera muy disfrutable, con punteos decentes y ese punto alternativo nostálgico del “Bastards of Young” de The Replacements. No perdieron empaque en “Walled Garden”, con fragmentos en los que hasta se acercaban al hard rock, y en un momento dado, los compis sugirieron al vocalista beber agua tras un arranque en falso. Más que una banda aquello se asemejaba a un grupo de amigos que se juntaban para tocar en el porche o en el garaje de algún vecino, como hemos visto infinidad de veces en películas americanas.
El repertorio tampoco era muy extenso, por lo que ni siquiera llegaron a una hora, pero ya nos lo imaginábamos al encontrar por plataformas y demás únicamente un disco. Muy acertado resultó recurrir a toda una revisión para sibaritas como “Part-Time Punks”, del grupo de culto Television Personalities, un dato que creo que en la sala solo advirtió Carlos Benito, un gran fan de ellos.
Motorists |
Definitivamente,
no salimos de allí maravillados ante lo que habíamos contemplado, aunque al
final los canadienses se marcaran una actuación muy guapa, bastante por encima
de nuestras expectativas. El instinto funcionó en aquella ocasión. Y también
moló encontrarse entre el paisanaje selecto que no se perdió uno de esos
eventos que no se hacían para ganar dinero, sino para deleite de la afición. Por puro amor a la
música.
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