jueves, 29 de julio de 2021

LA INQUISICIÓN + PLAN B + ARENE 6: AUTÉNTICOS PROFETAS

 

Autocine Getxo, Getxo (Bizkaia)

La falta de principios es una de las pestes más acuciantes del presente siglo. Pero cuidado, no hablamos de talibanes incapaces de mirar más allá de su nariz, sino más bien de poseer unos mínimos en ciertos aspectos y no dejarse arrastrar por las modas o costumbres del momento. Que la versatilidad mola es un hecho evidente, pero eso no incluye ir por la vida como un zombi sin preguntarse nada meando fuera de tiesto y acomodándose a lo que digan unos u otros.

Si hay algo que sobresale en la propuesta de los catalanes La Inquisición es que parece que tienen las cosas claras al combinar el rudo streetpunk con una querencia oscura que podría emparentarles con grupos como La URSS o Biznaga. Y eso por no hablar de la sorprendente versión que se cascan del “Verte amanecer” de Dorian y que confirma esa vieja máxima de que un buen tema suena bien hasta con flauta travesera.

La Inquisición bendiciendo a los fieles.
 

El primer aniversario de Gorde Taberna nos trajo al autocine de Getxo un cartel muy potente con el punk como común denominador. Es reconfortante ver cómo a pesar de la campaña negativa que se hace desde medios generalistas en contra de bares, conciertos y ocio nocturno en general, todavía quedan muchos que no se tragan eso de que solo te puedas contagiar de noche pero no en los centros de trabajo o en los abarrotados transportes públicos. Un poco de coherencia, por favor.

Lamentablemente, por motivos laborales, no alcanzamos a llegar para los locales Arene 6, pero por lo que nos contaron tanto Txarly Usher como Lu Ibarra o Pepe Bombs no se lo debieron de currar nada mal y hasta incluyeron una versión de Turbonegro. Un servidor siempre intenta ver a todos los grupos, pero los viernes a la tarde algunos curramos y todavía no dominamos el don divino de la ubicuidad. Otra vez será. 

 

Plan B
 

Cambio de rollo radical con los guipuzcoanos Plan B, que desde el comienzo exhibieron credenciales punk del 77 con la camiseta de su vocalista de The Boys, aunque sus composiciones también revelaban algunos destellos de rock urbano. No faltaron temazos como “Los salvados están hundidos”, basada en las experiencias de Primo Levi en los campos de concentración nazis, y su enérgico repertorio no aburrió en ningún momento.

Ellos debían de tener otra impresión del respetable porque el cantante dijo “Nos miráis con cara rara”, aunque lo cierto es que estando sentado resulta complicado meterse de lleno en la dinámica de un show. La frialdad del personal fue un detalle que no pasó por alto a Txarly Usher, que se encontraba entre los asistentes, como hemos dicho antes, y no dudó en exclamar: “¡Vaya público más duro!”. En cualquier caso, a nosotros nos entretuvieron de manera muy competente.

 

Un servidor piensa que la causa de tanto distanciamiento se debió a que la mayoría de la peña venía con la idea fija de ver solo a La Inquisición, que dieron todo un bolazo a la altura de la fama que les precedía. Ya de primeras pusieron firme a los fieles con “El himno de España”, ideal para calentar las gargantas desde el comienzo, y luego con “Septiembre”, que parece pensada por completo para desparramar en las distancias cortas. Algunos chavales no pudieron evitar acercarse al escenario, pero bueno, expresar emociones todavía no está prohibido.

“Pertenecemos a esta movida y nos cagamos en ella”, dejaba claro su vocalista antes de “Falsos profetas”, otro tema para elevar la voz, casi cada canción suya podría ser un himno. Y no dudaron en apelar a la nostalgia de los veteranos que había por ahí intercalando el estribillo de “No más punkis muertos” de M.C.D. antes de “1991”. 

 

“Abril” estuvo dedicada a las víctimas del maltrato machista y no escasearon las piezas épicas con “A ningún lugar”, que también tiene mucho poso de punk vasco. Y demostraron su sentido del humor al admitir que ellos eran más “del pop que del rock” y que el tema que iban a tocar se disfrutaba más “sentado leyendo a Dostoievski”. Toda una coña que se marcaron previamente a su acelerada revisión del “Verte amanecer” de Dorian, uno de los puntos álgidos de la noche, sin duda.

Los ánimos andaban tan caldeados que aquello no podía sino incrementarse con “Rosa de Mort”, el himno dedicado a su ciudad. No era de extrañar que muchos acabaran tan extasiados que los gritos de “beste bat” no tardaron en aparecer. Pidieron sentarse a la peña y se estiraron un poco más con “Guerra total”, “la única solución”, según su vocalista. 

 

Y se quedaron con todo el mundo cuando admitieron que a ellos les gustaba “la música clásica de Euskal Herria” antes del siempre enorme “Aprieta el gatillo” de Cicatriz. Los sentimientos se desbordaron tanto que hasta un espontáneo invadió el escenario, pero cuando el vocalista le cedió el micro para cantar parecía que no sabía ni dónde meterse. Terminaron acelerando el himno inmortal de Natxo Etxebarrieta y compañía y así legaron un regusto inmejorable al final de su actuación.

Desde luego en directo confirman por completo las tan gratas sensaciones que dejan al escuchar sus discos y su amplio predicamento entre la chavalería está plenamente justificado, pues sus conciertos son trepidantes sin un minuto de descanso y con un vocalista enorme que invita al desparrame. Que vuelvan cuanto antes estos auténticos profetas.

 

TEXTO Y FOTOS: ALFREDO VILLAESCUSA