Teatro
Campos, Bilbao
¡Tócame
el pito!
No
resulta nada fácil convertirse en eso que llaman una banda seminal,
esto es, un núcleo del que en unos años eclosionarían varios
personajes imprescindibles de lo que se conoció como ‘Movida
Madrileña’. De hecho, si uno tuviera que marcar el pistoletazo de
salida de dicho movimiento estaría sin duda a finales de 1977,
cuando un grupo de dibujantes de fanzine decidieron pasarse a la
música sin apenas saber tocar un instrumento. Lo cual tampoco era un
excesivo problema, puesto de lo que se trataba era de echarse unas
risas en la cara de la gente e importar los sonidos que por aquel
entonces pegaban fuerte en las islas británicas, como el punk, glam
o el halo vanguardista y autosuficiente de la discográfica Factory
Records.
Y es
que en Kaka de Luxe confluyeron relevantes figuras de la época como
el cronista oficial del desenfreno Fernando Márquez ‘El Zurdo’,
que luego formaría Paraíso con idéntico espíritu provocador, y
más tarde La Mode, iconos de la new wave patria. También andaba por
ahí Carlos Berlanga, que cobraría especial importancia
posteriormente junto a una jovencita llamada Olvido Gara y que en el
panorama nacional sería conocida como Alaska. Y entre aquellos
pipiolos se encontraba asimismo Enrique Sierra, cofundador de Radio
Futura y quizás el único que verdaderamente sabía lo que estaba
haciendo.
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Kaka de Luxe (Foto de archivo) |
No
existen demasiadas oportunidades de disfrutar de un repertorio que
recree el único álbum de Kaka de Luxe ‘Las canciones malditas’,
material mítico que incluso hoy en día todavía se vende a precio
de coleccionista, por lo que adquiría relevancia total esta inédita
iniciativa del ciclo Izar & Star. Además, el homenaje se
extendía de igual manera a la primera etapa de Pegamoides, Paraíso
o Radio Futura, muestras de hasta dónde alcanzaban los tentáculos
de la irreverencia original.
Los
encargados de desempeñar tan titánica tarea serían los
rockabillies bilbaínos Santi Delgado y los Runaway Lovers,
acompañados a la sazón por Villapellejos, combo de letras
incendiarias y similar descaro al de los pioneros del punk en nuestro
país. De esta forma, dedicaban sin arrugarse temas a la señora
Cospedal, contaban a las voces con una fémina de tonos muy parecidos
a los de Alaska en plena juventud y vestían con cierta
despreocupación kitsch. Lo cierto es que no podían haber
elegido mejores escuderos, pues su rollo directo y visceral encajaba
como un guante en la velada. Muy interesantes para todos aquellos que
detesten lo políticamente correcto y demás soplapolleces.
Villapellejos |
Esa
atmósfera de chufla, propia de los que no se toman en serio ni ellos
mismos, estuvo presente desde el mismo inicio del recital de Santi
Delgado y los Runaway Lovers cuando desde el público les
gritaban: “¡Tocad el pito!” y sin cortarse un pelo
respondían “sí, sí, ahora lo tocamos.” Dicho y hecho,
no podría entenderse el tributo sin empezar con “Rosario”, algo
más lenta en plan rock n’ roll añejo, y acto seguido, el
legendario y pedido hasta la saciedad “Toca el pito”, fundida en
una sola pista como en aquel EP de 1978.
Su
faceta de poetas urbanos refulgió en el pepinazo “Pero me aburro”,
historia pura del punk patrio, y “La Alegría de Vivir” se
transformó en una especie de dulce balada a lo Roy Orbison.
Sometieron también a un lavado de cara importante a “La pluma
eléctrica”, que devino en una suerte de medio tiempo en plan
Ramones.
Fieles
a esa consigna que afirma que las versiones fidedignas son aburridas,
“¿Y por qué no?” rememoró por sus riffs repetitivos el “The
Jean Genie” de David Bowie y el “Odio” de Alaska y Pegamoides
acabó convertido en canción ye-yé. Sorprendieron rescatando una
adaptación en castellano del “I Don’t Wanna Walk Around With
You” de Ramones, que según explicó el voceras Santi “también
la solían tocar Kaka de Luxe”.
Santi Delgado y Villapellejos |
Muy
digna les salió “Borracho no se puede conducir por la ciudad
(Peligrosos Sociales)”, en la que desgarraron la voz como punkis. A
la hora de acordarse de Paraíso no recurrieron a la típica “Para
Ti”, porque, como confesaron, “para eso haría falta tener 30
años menos” y no se atrevieron tampoco con “Makoki” porque
la letra “les había vuelto locos”. En su lugar optaron
por una desconocida “Chica de hoy”, perteneciente a aquel larga
duración que nunca se materializó de la banda de El Zurdo.
Otro
grupo coetáneo de Kaka de Luxe eran Los Zombies del precoz Bernardo
Bonezzi, quien también formó parte del proyecto seminal y al que
apodarían ‘El Mozart de la Movida Madrileña’, dada la
mencionada vinculación, no chirrió el “Extraños Juegos” que
daba título a su debut. Y el “Viva el metro” de ‘Las canciones
malditas’ los Villapellejos se la dedicaron al alcalde de Bilbao
Ibon Areso, aunque en mayor consonancia con su intención original
podrían haberse acordado de los expoliadores que han desarmado los
servicios públicos en la Comunidad de Madrid.
Santi Delgado y los Runaway Lovers |
El
frenético ramoniano “Muy cerca de ti” de Pegamoides lo clavó la
chica de Villapellejos y para el clásico “Pero qué público más
tonto tengo” se ocupó de las tareas vocales con bastante solvencia
uno de los Runaway Lovers que se la dedicó a “sus alumnos que
les gusta el reggaetón”. No podrían terminar sin acordarse de
“La Tentación”, en cuya parte final toda la multitud gritó “y
todo esto me pasa por ser una puta guarra”, más de un apóstol
de la corrección habría prohibido sus letras hoy en día.
Y la
guinda en el pastel fue con el “Divina” de los primerizos Radio
Futura, que en realidad es una adaptación del “Ballrooms of Mars”
de T Rex y sirvió para que la parroquia finiquitara el homenaje
repitiendo esa estrofa que dice “estuviste en Kaka de Luxe, pero
no te oí cantar”. Y hasta aquí llegó la veneración absoluta
a la irreverencia, la mala baba y la cara dura con la que uno
exclamaría “¡Tócame el pito!” a más de un estamento
social. Y que prendan fuego.
TEXTO
Y FOTOS: ALFREDO VILLAESCUSA