viernes, 14 de febrero de 2020

SUZIO 13 + THE MOVEMENT + ARTAZA COMBAT: NUNCA CAMINARÁN SOLOS


Sala Mytho, Bilbao

Quejarse por la excesiva politización de ciertos eventos entendemos que entra dentro de esa llamada filosofía millennial a la que le ofende cualquier cosa y opta siempre por prohibir esto o lo de más allá, quién diría hace unos años que la izquierda del caviar acabaría apoyando y jaleando semejantes majaderías inquisitoriales. No conviene perder de vista esa vieja máxima de vive y deja vivir que consiste en algo tan básico como aceptar que determinadas cosas no tienen por qué gustar a todo el mundo. Y ni falta que hace, el universo es un lugar lo suficientemente grande para que cada cual acuda a los saraos que le interesen y deje de dar la barrila al personal en caso contrario.

Quizás a algunos les provoque rechazo acudir a conciertos de marcado carácter antifascista, aunque, como se ha dicho en repetidas ocasiones, los derechos humanos en realidad poco tienen que ver con la política. Y dada la torticera utilización partidista del tema de Venezuela, reivindicar a Hugo Chávez  o Fidel Castro puede que se torne casi como convocar al Anticristo para los creyentes. Una concentración de parias y gente sin complejos.


Porque en la velada de aquella noche en la sala Mytho se alzaron puños en alto, se escucharon mensajes subversivos y hasta un bolo terminó con ‘La Internacional’ a todo trapo, un verdadero anatema para reaccionarios.  Tres bandas que compartían una actitud similar oficiaron sin demasiadas florituras, pero ganándose el corazón de los asistentes. Ese órgano que no entiende de popularidad o artificiales cifras de ventas, sino del efecto vigorizante y sensación de euforia que causan ciertas canciones en el cuerpo.

Unos síntomas que comenzaron a sentirse con los locales Artaza Combat y su punk contundente con retazos de rock urbano. A pesar de contar con un enérgico cantante con un chorro vocal impresionante y trallazos a la yugular que no aburrían ni por asomo, la mayoría del respetable se situó más en posición de ver a los toros que de acudir a un recital de rock, puesto que parecía haber una especie de muro invisible entre artistas y público que impedía acercarse. Tuvieron que pedir “un poco de calor” para que algunos fieles despertaran de su letargo, algo que debería haber sucedido de inmediato con el “Cuando yo reviente” de Commando 9 mm. Merecieron mayor implicación.

Artaza Combat y su propuesta contundente.
Hay grupos que son todo un espectáculo en sí mismo y que animan tanto al  respetable que su impresión perdura en el tiempo. No cabe duda de que los afortunados que estuvieron en la Mytho viendo a los daneses The Movement se acordarán de ello durante un tiempo considerable. No solo por ese rotundo comienzo al ritmo del “Baba O’Riley de The Who, sino por esa retahíla de cabriolas imposibles, su carisma desbordante y esas posturitas de estrella del rock que te convencían de que estabas viendo algo grande de verdad. Por los saltos y los incesantes molinillos de guitarra que se pegaban parecía como si Pete Townshend se hubiera reencarnado en punk, no en vano en su Facebook se definen como “la banda a la que le gusta decir no”. Antisistema total, a cascarla los buenrollistas. 

The Movement y sus cabriolas imposibles.
 Grabar disco en directo en una sala y que poco después dicho enclave acabe permitiendo actuaciones nazis en el mismo local suena un poco a maldición bíblica. Algo similar les sucedió a Suzio 13 con el álbum ‘Ruido de combate’, registrado en la Caracol en octubre de 2019, una circunstancia ajena a toda la polémica que vendría más tarde y que no debería quedar empañada por ningún motivo, puesto que lo que allí se vivió fue histórico con invitados del calibre de Txarly Usher o Jess y los Extenders, muy ligados a la trayectoria de la banda.

Con el ánimo de reproducir tan magna noche estaban en la capital vizcaína los madrileños y la primera duda que surgía era saber si los entregados fieles de The Movement aguantarían hasta el final o se pirarían algunos mods, como nos contaron que sucedió en Barcelona. Por fortuna, imperó la educación y el buen gusto y la mayoría disfrutó de un bolo frenético sin atisbo alguno de aburrimiento. Para no perderse ni un detalle.

Suzio 13, a piñón fijo
 Desde que abrieron la veda con “Atraco” y “No vuelvas”, el recital fue a un ritmo endiablado, reproduciendo la máxima punk de menos es más y casi profesando admiración por los músicos, que se cascaron un porrón de temas sin descanso, uno los miraba y pensaba, vaya paliza. Hubo, por supuesto, momentos álgidos, como el “Bestia Bestia” de Ilegales, que desató pogos tremendos por el recinto, o esa tripleta imbatible formada por la pieza homónima “Suzio 13”, “La unión hace la fuerza” y “Ruido del 77”. Jarana de la buena. De pedigrí.

“Dosis de punk rock” no permitió tampoco respirar y “IV Reich” la dedicaron a “los perros que nos condenan a una vida de miseria”. Una arenga que enfervorizó más a la afición antes de “No caminarás solo” e “Indestructibles”, dos pedazo himnos que deberían levantar del asiento a cualquiera. Tal vez se les pueda acusar de ir muy a piñón fijo, pero coño, ¿quién dijo que eso era malo? Vuelta a la esencia del rock n’ roll, dejemos las palmas y las acrobacias de equilibrista para el circo.


La atmósfera ye ye de “Joven Rebelde” añadió variedad al asunto, del mismo modo que el swing macarra “Ha salido el sol”. Otros quizás se queden con facetas diferentes, pero opinamos que gran parte de su atractivo reside en todos esos cortes que uno no esperaría en un combo punk. Mantener los principios y a la vez ofrecer detalles que les convierten en especiales y distintos a paisanos suyos como Kaos Urbano, por ejemplo.

El “Wrong’Em Boyo” popularizado por The Clash nunca nos convenció en exceso, aunque en las distancias cortas siempre tiene su punto por el fiestón espectacular que descarga, un exaltado hasta levantó un monitor del escenario. Y en “Redskins (Un claro ejemplo)” floreció la hermandad entre la concurrencia, e incluso algún skin se subió a las tablas para cantar con ellos. Lo normal en un himno de tal envergadura.

Pues quedó una velada muy decente, con tres grupos que simbolizaban  maneras distintas de entender el punk y cuya presencia desde ya implica una garantía de solvencia absoluta en directo. Habrá estilos más o menos populares, las modas van y vienen, pero lo que se debería asegurar es que tipos con tamaña entrega nunca caminarán solos. El espíritu de verdaderas muchedumbres siempre les acompañará. La unión hace la fuerza, no cabe duda.

TEXTO Y FOTOS: ALFREDO VILLAESCUSA

  

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