miércoles, 10 de diciembre de 2025

SARA ZOZAYA + MAHL KOBAT: POLIFONÍA FANTASMAGÓRICA

 Kafe Antzokia, Bilbao

 

Siempre deberían abrazarse aquellas propuestas que nos permiten desconectar aunque sea unos minutos del mundanal ruido y de los rigores de la rutina cotidiana. No son pocos los artistas que funcionan a modo de puerta de entrada hacia un universo indómito, ajeno a muchas de las leyes del panorama musical o esa dictatorial tendencia de llamar la atención solo durante diez o quince segundos. Pararse un rato para asimilar cosas no se estila para nada, y eso sin duda influye en los paupérrimos índices de comprensión lectora del país, entre otras consecuencias.

Sara Zozaya

La joven cantante, multiinstrumentista y compositora Sara Zozaya empezó tocando el acordeón, pero no tardó en encontrar su propio camino y para los 12 años ya escribía sus propias canciones. En la actualidad la hemos podido ver colaborando con Viva Belgrado, al frente del combo Merina Gris o dando rienda suelta a su faceta en solitario donde salta a la vista que no hay reglas, una pura anarquía artística en la que lo mismo coquetea con el post rock que con el autotune.

Nunca la habíamos visto en directo con su propio espectáculo, por lo que no sabíamos muy bien lo que esperar. Lo que sí que notamos es que ya se ha hecho con un selecto grupo de admiradores que consiguieron abarrotar el piso superior del bilbaíno Kafe Antzokia. La juventud era una amplia mayoría, pero también algunos mayores certificaban que su rollo es completamente intergeneracional, solo de los que se atrevan a cruzar el umbral, sin importar la edad.

Mahl Kobat
 

No pillamos demasiado el punto a Mahl Kobat, el proyecto del ondarrutarra Benat Bidegain, que quizás se tornó demasiado intimista para abrir la velada. Tal vez en otro contexto lo hubiéramos encontrado más apetecible, pero ese día se nos hizo cuesta arriba su palo sosegado. Luego escuchándolo en casa descubrimos que canciones como “Nor Nork II” tampoco estaban tan mal, otro asunto sería si su traslación a los escenarios pudo haberse realizado con mayor energía y atractivo. Un entremés reposado de veras.

Lo que sí que moló fue la transición hacia Sara Zozaya, que no se limitó a la consabida pausa de unos minutos, sino que se trató de una figura casi espectral dirigiéndose hacia el teclado y ocupando su lugar, en silencio sepulcral y con un tocado en el pelo que le otorgaba cierta apariencia decimonónica. Un espectáculo currado que no descuidaba los ambientes ni las sensaciones.

Sara Zozaya, a la guitarra

En teoría, Sara presentaba su reciente EP ‘attä’, cuatro canciones oníricas para elevarse a medio camino entre el dream pop y el ambient, con destellos folk o incluso post rock. No en vano su último lanzamiento ha sido editado por la discográfica Aloud Music, que suele contar en su catálogo con artistas más tralleros o peculiares.

Aparte de esa voz de etérea sirena que atrapaba desde los primeros minutos, engrandeció el recital con imágenes de fondo que contribuían a generar una atmósfera inquietante en su show, muy de David Lynch. Y la artista se metió tanto en su papel que prescindió de las habituales y aburridas presentaciones de temas. Ese tipo de concesiones comerciales no formaban parte de su personal concepto de espectáculo.

 

Nos rompió los esquemas con la revisión muy a su estilo del inmortal “Bizarre Love Triangle” de New Order, que desde luego no esperábamos y nos puso de inmediato la piel de gallina. Qué temón. Un contexto en el que las piezas del reciente ‘attä’ se amoldaban con la precisión de un rompecabezas y ganaban en intensidad respecto a lo que podía escucharse en estudio. Reinaba en el recinto un silencio tan respetuoso y sepulcral que hasta los camareros evitaban mover demasiado los hielos de las bebidas para no perturbar la magia generada.

Pero Sara tampoco se limitó a permanecer hierática al teclado, cogió la guitarra en “xxx”, si no me equivoco, y en algún que otro tramo. En esos momentos percibimos que sus atmósferas eran bastante similares a las del post rock, tal vez no siempre en cuanto a intensidad, pero sí en lo que respectaba a su espíritu.

 

Con una concentración que revelaba lo mucho que se esforzaba en ofrecer un cuidado espectáculo, ofició de manera sobria, ya lo hemos dicho, pero no fría ni distante, pues su música es cálida, como un refugio en plena noche invernal de las de antes. Utilizaba de vez en cuando autotune, pero para ella no era un recurso para suplir carencias vocales, en ese sentido iba bastante sobrada, sino un elemento más con el que transmitir la idea que tenía en mente.

La pantalla de fondo poseía del mismo modo entidad suficiente para convertirse en parte relevante del conjunto, no se trataba de meras imágenes aleatorias. Hubo un momento particularmente impagable en el que bajo un fondo de estrellas su voz se fue perdiendo como si fuera una galaxia lejana, un recuerdo de otros tiempos. Y de esta manera tan evocadora acabó el recital, así sin apenas darnos cuenta.

Fue un concierto breve, quizás demasiado, pero con emociones a flor de piel y un respeto sobrecogedor por parte del público. Toda una polifonía fantasmagórica con voz de sirena, teclado espacial y la épica atmósfera del folk o el post rock. Para no regresar jamás. Pura magia.

miércoles, 5 de noviembre de 2025

DUTCH MUSTARD + BARRRK + ONNO: LO VERDADERAMENTE INDEPENDIENTE

 

Sala Azkena, Bilbao

 

Pocas etiquetas existirán más manoseadas y manipuladas en la actualidad que la de independiente. Es curioso cómo dicho término es esgrimido sin rubor lo mismo por grupos con una multinacional detrás que por oportunistas sin escrúpulos que no dudan en apuntarse a cierto carro para sonar contemporáneos y que no les vinculen con música pretérita de la noche de los tiempos. Un mero postureo como el de la mayoría de los que se declaran indies sin serlo o los que ven un halo de superioridad intelectual en cualquier cosa con el calificativo de alternativo.

 

Dutch Mustard

Frente a modas pasajeras, todavía existen algunas oportunidades de catar el puro underground, el de verdad que nace en los garitos y no va paseándose como si tuviera que perdonar la vida a la pobre masa inculta que no aprecia los manjares selectos de los elegidos. El festival Bilboloop siempre ha sido un ejemplo de espíritu independiente, al apostar por talento emergente y dar voz a propuestas que de otro modo seguramente ni hubiéramos reparado en ellas.

Habían preparado además este año una interesante jornada con un bolo previo de Onno, proyecto en solitario de David Hono de Sonic Trash, en el Ambigú, una suerte de entremés antes de que el grueso del personal se dirigiera a la sala Azkena. El propio David nos contaba cómo le dijeron para tocar a última hora y para ello preparó algunas canciones en formato acústico. Por una de esas curiosas carambolas del destino se encontraba por la zona la pluriempleada y muy competente batería Mariana (Maika Makovski), así que ese detalle engrandeció todavía más la cita.

David Hono (Sonic Trash) junto a Mariana (Maika Makovski)

Lejos de conformarse con recurrir a piezas populares para que el personal canturreara, David optó por versiones más sibaritas, caso de “Just Like The Rain” de Richard Hawley o “The Book of Love” de The Magnetic Fields. Pero hubo también alguna concesión cercana al mainstream, caso de “Redemption Song” de Bob Marley & The Wailers, que fue la que mejor les quedó, aparte de un claro indicativo de la espectacular versatilidad que maneja David, capaz de hablarte lo mismo de The Cure que de Bruce Springsteen. Grandes.

Había ganas de comprobar el potencial en directo de los locales Barrrk, con un post punk de filo contemporáneo que prometía desplegar todo su potencial en las distancias cortas. Y así fue, gustaron tanto al respetable que muchos dijeron que fue lo mejor de la velada. La verdad es que eran muy buenos, con una frontwoman enérgica, con el descaro suficiente para subirse a las tablas de cualquier garito.

Barrrk
 

En lo musical, se notaba que bebían de diversas fuentes, pues podrían evocar tanto propuestas recientes como la de los también locales Ezezez que asemejarse a un grupo de la época de la Movida, su canción “Perro” podría ser un inequívoco ejemplo de esto último. Diríamos además que quizás brillen más cuando emplean el castellano en vez del euskera o el inglés, ese aspecto todavía no lo tienen suficientemente definido. En cualquier caso, hay que apuntar su nombre y repetir en bolos suyos. Son un grupazo.

Otro combinado interesante ofrecían los londinenses Dutch Mustard, cuya carrera comenzó en Países Bajos antes de asentarse en la capital de Reino Unido y que basculaban entre el dream pop, el shoegaze de corte noventero y el rock alternativo de la misma época. Como suele suceder otras veces que tocan grupos locales, pensábamos que el grueso del personal huiría del recinto como bellacos, pero para nuestra sorpresa se quedó bastante gente, lo cual celebramos.

Dutch Mustard, en pleno éxtasis
 

Era su primera vez en la península y su elegante vocalista demostró talento de sobra desde el inicio con la grungera “A Song For Dreamers” antes de adentrarse en terrenos más vaporosos con “Loser”, con una atmósfera muy similar a Slowdive. También su música poseía cierto influjo de PJ Harvey, algo que se sintió sobre todo en “Broke Me”, pero sin duda uno de los picos de la noche lo alcanzaron con la flotante “Dreaming”, de los mejores temas de su catálogo.

Por desgracia, no cuentan todavía con un amplio cancionero, así que su tiempo en escena no fue demasiado, el suficiente para hacerse una buena idea de su potencial gracias a la amplia paleta de estilos que manejan. “Life”, lo último que han editado hasta la fecha, si no me equivoco, sonó en los estertores finales, casi como si fuera un experimento de Trent Reznor y NIN.

Dutch Mustard, clavando las atmósferas flotantes
 

“Feel Everything” puso la guinda evocando esas atmósferas oníricas a lo The Cure que bordan a la perfección y que les emparentan del mismo modo con el legado que dejó el género alternativo y shoegaze durante la década de los noventa. Pues hasta aquí dio de sí una velada variada que además contó con el beneplácito de la afición, toda una sorpresa, pues pensábamos que estaríamos cuatro gatos.

En suma, Bilboloop cumplió de sobra su cometido de acercar propuestas fuera de lo común a los aficionados de a pie que no se guían por modas ni estímulos pasajeros, aquellos que apuestan por lo verdaderamente independiente y no se les caen los anillos a la hora de acudir a bolos de bandas que no se conocen demasiado. La auténtica actitud indie, lo demás es postureo.

jueves, 19 de junio de 2025

TULSA + RICARDO LEZÓN (MC ENROE): UN OASIS ANTES DE LOS FESTIVALES

 

Sala Santana 27, Bilbao

 

A menudo se tiende a olvidar la vital importancia de las salas de cara a la consolidación del tejido cultural de una ciudad. Lejos del espíritu de aquellos eventos que dinamizan la escena durante un periodo concreto de dos o tres días y luego desaparecen hasta el año siguiente, todavía tenemos la suerte de contar con refugios que siguen adelante con una programación determinada, independientemente de si llueve, hay futbol o se celebra cualquier otra cosa en las inmediaciones. Como si tuvieran una misión que cumplir y no pudiera ser abortada bajo ningún concepto.

Tulsa

Solo de esta última manera cabría entender que se montara un bolo a pocos días de que comenzara la temporada de festivales con la cantautora Tulsa, galardonada con el Premio Nacional de las Músicas Actuales 2024, y Ricardo Lezón, líder de Mc Enroe que acostumbra a vivir la música y cantar la vida, como decía en su libro ‘Lento y salvaje’. Pero si en estos meses venideros la tónica dominante iban a ser los eventos multitudinarios, nada mejor que prepararse mentalmente con un recital de esos recogidos, para escuchar de verdad, algo que cada vez se estila menos.

Pensábamos que acudiríamos cuatro gatos a la bilbaína sala Santana 27, conscientes de lo complicadas que resultaban estas fechas en tierra de nadie, pero el piso superior acabó al final congregando a una multitud nada despreciable para los tiempos que corren. Los getxotarras McEnroe han sabido labrarse un grupo de fieles que por supuesto siguen a su alma mater allá donde toque, y en cuanto a su compañera a las tablas, tres cuartos de lo mismo, todavía recordamos su magnífico concierto en el Kafe Antzokia en la presentación del disco ‘Amadora’.

Ricardo Lezón
 

La sencillez que caracteriza a Ricardo Lezón seguramente posibilitó que se encargara de abrir la velada, sin ningún tipo de ego, aunque cualquiera que lea entrevistas o declaraciones suyas se dará cuenta de que su personalidad está alejada por completo de cualquier atisbo de darse la más mínima importancia. Por eso mismo es tan necesaria una propuesta intimista como la suya, surgida desde el corazón y ajena a cualquier tendencia mercantilista. Aquí cobra todo el sentido aquella frase que decía de que nunca ha vivido de la música, pero esta sí que le ha ayudado a vivir.

Recientemente había sacado el EP ‘Canciones mínimas’, por lo que no tardó en sonar “Colonia Roma”, el tema que abría este trabajo, y poco después “Tonino Guerra”, sobre un poeta italiano al que le “robó” un verso. Como ya anunció, también se acordaría de ‘Esperanza’, su álbum en solitario de 2017, así que ahí teníamos “Arena y romero”, una de las mejores piezas de dicho trabajo, realzada por los coros de su hija Jimena en la versión original.

Ricardo Lezón
 

Dijo Ricardo con su consabida humildad que las canciones que más ilusión hacían a la gente eran siempre las viejas, por lo que se decantó por recuperar “Por fin los ciervos”, del primer álbum conjunto junto a The New Raemon, una presencia recurrente en los repertorios las últimas veces que le hemos visto a él o a McEnroe.

Mantener la atención en un bolo acústico debería considerarse toda una proeza en los tiempos actuales, con móviles y tantas distracciones de por medio, pero así fue esta actuación intensa del líder de McEnroe que terminó con la versión de Bob Dylan “Me enamoré de ti”. Piel de gallina, una vez más.

Tulsa
 

Que el disco ‘Amadora’ ha marcado un antes y después en la carrera de Tulsa no solo lo certificaba su Premio Nacional de las Músicas Actuales, sino también la presencia que se ha ganado en su repertorio esta suerte de disco conceptual. De esta forma, comenzó reivindicando su última obra con “Una parte de mí” o “No quiero hacer historia”, con mención expresa para ese “Joaquín” que para los fieles ya es todo un personaje más asociado a sus shows.

Miren se sentó al piano para una interpretación deslumbrante de “Cuando venga el león pálido”, y ya que regresaba a tierras vascas, cobraba todo el sentido del mundo rescatar “Matxitxako”. Pero la historia de Amadora tampoco podía caer fácilmente en el olvido, por lo que volvió a contar aquella historia de cuando se enamora de su psicólogo que relata en “¿Amor o transferencia?”. Si interpretara las canciones en idéntico orden al del disco, nadie se quejaría.

Tulsa
 

Echó la vista atrás con esa especie de manifiesto musical llamado “Autorretrato”, que incluía frases tan certeras como “No creo en los festivales ni en los fuegos artificiales”. Y en esa especie de terapia con público no podría faltar “Bilbao”, sobre esa ciudad cambiante que le “expulsaba”, en sus propias palabras.

Clave también en su trayectoria resultaban “Los amantes del puente” o “Centauros”, con un espontáneo que recordó que de pequeño solía escribir en cuadernos de anillas con ese nombre, a lo que respondió la cantautora diciendo que ella le daría otro enfoque. 

Tulsa
 

Y para la recta final reservó el aire solemne de “Santamártir”, “Yo no soy Penélope” y ese “Melocotón” que introdujo con las palabras: “Chica, tampoco te lo pienses tanto, coge el puto melocotón, que son todos más o menos iguales”. Como broche de oro, salieron Miren y Ricardo para interpretar juntos “El bosque”, si no nos equivocamos, una pieza que constataba la espectacular química y complicidad entre los dos grandes protagonistas de la noche.

Que nunca se pierdan este tipo de iniciativas que surgen cuando se presenta la ocasión y apelan directamente al corazón de los melómanos, con independencia de la coyuntura más o menos propicia circundante. Hay muchas cosas que no dependen de las leyes del mercado, esas son sin duda las que merece la pena preservar. Como este necesario oasis antes de los festivales. 

martes, 10 de junio de 2025

RICARDO LEZÓN (MC ENROE) PRESENTARÁ EN BILBAO SU ÚLTIMO TRABAJO ‘CANCIONES MÍNIMAS’ JUNTO A TULSA

 


Hay coaliciones artísticas que casi están destinadas a producirse tarde o temprano. Tal es el caso del getxotarra Ricardo Lezón (Mc Enroe), que presentará en Bilbao su último trabajo ‘Canciones mínimas’ en la sala Santana 27 el próximo jueves 12 de junio acompañado de una cantautora tan especial como Tulsa, nombre bajo el que se esconde Miren Iza.

Toda una dupla que apelará al minimalismo y a las emociones en carne viva en un formato acústico sosegado, lo más ideal para afrontar con la máxima paz mental y espiritual la temporada de festivales veraniegos que arrancará en pocos días. Lejos del mundanal ruido, el líder de McEnroe abrirá la velada y luego le seguirá Tulsa, galardonada con el Premio Nacional de las Músicas Actuales 2024, que en su última visita al bilbaíno Kafe Antzokia dejó a la mayoría del público anonadado en la presentación del disco ‘Amadora’.

 


Como ya hemos dicho, en el caso de la voz y guitarra de McEnroe, el repertorio estará conformado por cortes de su último EP ‘Canciones mínimas’, pero también habrá espacio para algunas composiciones de ‘Esperanza’, su disco en solitario de 2017.


 

Respecto a Tulsa, tras el laureado álbum ‘Amadora’, la hemos visto colaborando con artistas contemporáneos como Repion en “Vienen de pasárselo bien” o también con Estrella Fugaz, proyecto de Lucas Bolaño que se mueve entre el folclore y la electrónica, en “Una casa espacial dibujada en un A4”, todo un arriesgado experimento con base de dub y dos voces que nos invitan a zambullirnos de inmediato en su inquietante atmósfera.

Recordamos los detalles del evento:

Fecha: 12 Junio 2025

Sala Blue (Santana 27)

Apertura: 20:00 h.

Concierto: 20:30 h.

Anticipada: 12€ (+ gastos gestión) Entradas aquí.

Taquilla: 15€

Más información en este enlace.