jueves, 4 de enero de 2018

IZAR & STAR TOM PETTY: EL ETERNO CHICO AMERICANO



Kafe Antzokia, Bilbao

Si por algo pasará a la historia el 2017 será por la cantidad de leyendas del rock y de la música en general que se llevó por delante, desde pioneros absolutos del calibre de Chuck Berry o Gregg Allman hasta estrellas que marcaron toda una época y hasta un estilo como Chris Cornell. La guinda a tanta fatídica desaparición la puso la inesperada muerte por infarto cardíaco del inigualable e icono total del rock americano Tom Petty, un artista cuya influencia se sigue sintiendo a día de hoy. Una pérdida de una entidad semejante a la de Bowie de la que costará recuperarse.

Y con la imposibilidad ya real de verle en directo, a pesar de que estuviera en las quinielas del festival Azkena en repetidas ocasiones, era inevitable que el ciclo Izar & Star le rindiera un homenaje de altura con la dignidad requerida. Para ello se había montado un interesante cartel cuádruple con bandas a priori muy afines al sonido del norteamericano, caso de Los Brazos o The Fakeband, y otras como Last Fair Deal con una solvencia tan apabullante y constatada a las tablas que insuflaban a la velada de un plumazo el calificativo de prometedora.

Gonzalo Portugal de Last Fair Deal en pleno delirio eléctrico.
 Quizás fuera que los domingos suelen echar para atrás un poco a la peña, pero tampoco se alcanzó ese lleno absoluto de otros homenajes históricos como el que se tributó a Lou Reed en esa misma sala. Había mucho señor mayor, como era de esperar, lo que hacía pensar que evidentemente el mundo se iría al garete en breve con generaciones ignorantes del legado descomunal de Tom Petty. Pulsemos ya el botón de bajada.

El de Florida ya había sido protagonista anteriormente del ciclo Izar & Star con Los Brazos encargados de revisar su cancionero, y en un principio estaba previsto que repitieran, pero al final únicamente pudo comparecer su vocalista William Gutiérrez, que en formato acústico rescató la inmortal “Into The Great Wide Open”, muy realzada por su espectacular voz. Se puso algo más exquisito al acordarse de la BSO de ‘She’s The One’ en la country “Angel Dream” o una “Wildflowers” también muy del terruño americano. Y finiquitó una intervención de órdago con la celebérrima “Mary Jane’s Last Dance” que el personal canturreó. Un grande, al igual que el resto de su grupo.

William de Los Brazos en solitario.
 Los donostiarras Frank apostaron fuerte de primeras con un impecable “Learning To Fly”, con voz femenina y una banda estilosa en la que abundaban los sombreros. Siguieron disparando artillería pesada con un “I Won’t Back Down” muy bien ejecutado antes de un menos predecible “Yer So Bad”. Y sin despegarse de la fiebre de la luna llena, llegaron a su cenit con ese inevitable “Free Fallin’” que debería sonar sí o sí a lo largo de la noche. Grupazo. Fueron vistos y no vistos.

Lo de Last Fair Deal en las distancias cortas sigue siendo de otra dimensión, lo mismo valen para rememorar el catálogo de luminarias como Led Zeppelin que para recrear una faceta netamente rockera casi desconocida del bardo del rock americano protagonista de la velada. Y eso fue precisamente lo que hizo este ultracompetente trío desde que llevaron a su terreno un “Breakdown” muy bien cantado por Gonzalo Portugal antes de meter zapatilla con un trallero “Makin’ Some Noise”, en el que la peña se animó cuando se acercaron los mástiles, pues contaron con la colaboración de William de Los Brazos y Gaizka de Audience a la guitarra rítmica.

Frank, un estiloso combo donostiarra.
 Con una formación de lujo no cabían pasos en falso, algo que ni de lejos sucedió cuando decidieron revivir el espíritu de Malcolm Young y compañía en “Anything That’s Rock N’ Roll” con esos riffs herederos de la escuela clásica AC/DC o Status Quo. Les quedó impresionante con Gaizka a la voz mientras Gonzalo punteaba como si llevara el diablo dentro. Enormes.

Y a The Fakeband ya les habíamos visto recrear la música de The Band, algo nada sencillo, por lo que también conocíamos su indiscutible solvencia en directo. En esta ocasión bordaron en especial las armonías vocales en “Refugee” o un “Walls” que les encajaba cual guante, muy atinados estuvieron al escoger las versiones. Una lástima, o una bendición según se mire, que por un error de coordinación se vieran obligados a repetir “Into The Great Wide Open”, con mucho más cuerpo que la anterior de William y encumbrada además por ese espectacular juego de voces.

The Fakeband, el pequeño gran tesoro de Getxo.
 Solo “The Waiting” podría cimentar una actuación soberbia de muchos galones por parte de los que ya llaman el pequeño gran tesoro de Getxo, músicos de bandera a los que no les asusta lo más mínimo medirse con los más grandes. Una verdadera exquisitez.

El broche definitivo no se entendería sin el himno “American Girl”, con William de Los Brazos antes de pasar el testigo al voceras de The Fakeband y transformar ese desenfadado rock n’ roll en algo más ralentizado, cercano quizás al medio tiempo. Siempre debe reservarse cierto espacio para la épica. Este era el momento.

No hay que engañarse, un mundo sin Bowie, Leonard Cohen, The Ramones o el propio Petty es un lugar más triste y frío. Por lo menos nos quedarán sus canciones y un legado que cobrará vida cada vez que alguien pulse el play en cualquier reproductor analógico o digital. Y así la sonrisa risueña del eterno chico americano no se difuminará.

TEXTO: ALFREDO VILLAESCUSA
FOTOS: MARINA ROUAN
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