jueves, 19 de enero de 2017

WAS: NOSTALGIA POR LAS PISTAS DE BAILE



Kafe Antzokia, Bilbao

Si no siguiéramos presos de ese aldeanismo atávico propio del terruño, probablemente reconoceríamos que la escena indie vasca actual tiene un nivelazo bastante por encima que gran parte de los rincones restantes del globo terráqueo. No es una exageración, basta con echar un vistazo a la trayectoria reciente de bandas como Belako, que parece que no existe ningún festival patrio en el que no hayan tocado, o Rural Zombies, en plena progresión ascendente y que ya no les queda nada para pegar el salto a recintos de mayor tamaño, aparte de ser también otra referencia fundamental en eventos veraniegos al aire libre.

Con una evolución musical tan versátil como sus sucesivos cambios de nombre, WAS surgieron allá por 2002 en el ambiente acomodado de Getxo bajo la denominación de Standard y así permanecieron hasta 2008 cuando pasaron a ser conocidos como We Are Standard debido a que ya existía un grupo estadounidense llamado así. Ya apuntaron maneras desde la primera maqueta, por lo que no tardaron en hacerse un hueco en el panorama gafapastil al aparecer en el prestigioso programa ‘Los directos de Radio 3’ o el no menos importante Festival de Benicàssim, meca absoluta de cualquier indie que se precie.

Deu y Cris de Belako mano a mano.
 Su nuevo lanzamiento ‘Gau Ama’ ha conseguido encaramarse a los primeros lugares de las listas de lo mejor del 2016 de diversas publicaciones del país y ha supuesto un nuevo salto mortal con tirabuzón al fundir tradición y modernidad y demostrar que su abanico musical no conoce límites al evocar lo mismo a New Order o Talking Heads que a luminarias del dance punk contemporáneo como The Rapture o LCD Soundsystem. Quién lo iba a decir en una tierra siempre tan atrasada culturalmente en este aspecto.

Dados semejantes mimbres no era de extrañar que el Kafe Antzokia recibiera a los getxotarras como héroes locales con una sala abarrotada plagada de chicas guapas, peña con camiseta metida por dentro y algunos otros que se saludaban diciendo “All Right”. Calentaron el ambiente unas púberes llamadas Mourn que tenían su gracia con sus vestidos de abuela moderna y que se presentaron con un adorable candor de esos que daban ganas de achucharlas al decir: “Hay mucha gente”. Molaba su rollo alternativo a lo Sonic Youth o Hole hasta el punto de que a veces parecían una versión femenina de Yellow Big Machine e incluso montaron un leve pogo recatado y les pidieron bises. Muy decentes, a pesar de su timidez. A la próxima, que dejen los miedos debajo de la cama.

Las púberes Mourn
Al salir a un escenario hay que creérselo a tope y sentirse el puto amo, un poco como hace Deu de WAS que a veces hasta se permite provocar al respetable por su falta de movimiento y soltar “Estáis tan apretados que no podéis bailar” para añadir a continuación “¿Apretados de qué?”. Bajo una puesta en escena espectacular con haces de luz y esa txalaparta adosada que sazonaba algunos temas, provocaron el subidón con “I Like You As You Are” y “Electric Love” antes de que explosionara su amplia paleta estilística en “The First Girl Who Got a Kiss Without a Please”.

Hubo ecos de Suicide y también New Order a paladas, en especial en “The Shine”, con Deu dándolo todo en las tablas, casi parecía que estaba borracho, aunque un servidor opina que lo que en verdad le colocaba era el directo en sí mismo. Y la peña recibía cada pieza de su nuevo disco como auténticos himnos, prueba definitiva de su vocación de perdurar en el tiempo. Si encima ya enlazan con el eterno “Heroes” de David Bowie, que Deu defendió con una solvencia encomiable, mientras volaban papelitos plateados, pues aquello puede ser el delirio. Muy finos anduvieron ahí al recordar al Duque Blanco a escasos días del aniversario de su fallecimiento.


Otra sorpresa llegó de la mano de Cris de Belako, que colabora en el álbum en “Until It Melts” y no se quiso perder la oportunidad de repetir en las distancias cortas la magia que se destila en estudio. Fue sin duda uno de los momentos clave de la velada, con un soberbio mano a mano vocal en el que volvimos a pensar en New Order y en su época del ‘Get Ready’ o ‘Waiting for the Sirens’ Call’. Enorme.

“The Last Time”, con su ritmillo funk y evocaciones a Depeche Mode, terminó de mover a los reticentes, si es que quedaba todavía alguno a esas alturas del show. Era tan impresionante el ambiente de fiestón absoluto que reinaba en la sala que descolocó a la mayoría cuando desaparecieron de repente y los bises se exigieron a grito pelado. 


No se hicieron de rogar, pero Deu espoleó al personal diciendo “Volvemos a salir y ni aplaudís. ¿La confianza?”. Acto seguido dedicaron “The Good Ones” a “todos los que les gustan los Beatles” y así certificar el inmenso bagaje musical que les caracteriza, se nota que han escuchado muchos discos. Y no podría faltar “Irrintzi”, el tema bandera de ‘Gau Ama’ que ejemplifica como pocos ese peculiar maridaje entre tradición y modernidad, tan insólito como encontrarse a Peter Hook tomándose unos “txikitos” por el Casco Viejo.

Acabaron apelando a la hermandad y al puestazo colectivo en “Can I Count On You”, donde Deu se lanzó en volandas a la muchedumbre y así ser consecuente con la colisión de cuerpos sudorosos que propone la canción. Grandioso. El epílogo perfecto.


Una apabullante rave rural repleta de toneladas de buen rollo que te daban ganas de prolongar la farra hasta el amanecer. Espíritu hedonista y ochentero a borbotones, merecen petar cualquier recinto que pisen. Pura nostalgia por las pistas de baile.

TEXTO Y FOTOS: ALFREDO VILLAESCUSA


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