Satélite T, Bilbao
Hay actuaciones tan breves que son casi como chupitos que se
toman entre cerveza y cerveza únicamente para confraternizar con el personal.
Son contundentes, entran como un tiro y sirven de sobra para desconectar de las
preocupaciones mundanas. Aquellos paladares exquisitos en busca de
sofisticación y mover la copa de lado a lado deberían probar en otro sitio, del
mismo modo en que nadie en su sano juicio se atrevería a pedir un Crianza en
plena madrugada. Hay que respetar los momentos adecuados.
Eso mismo parecen seguir al pie de la letra los
californianos Barrio Tiger, que llevan moviéndose por el ambiente angelino
desde 2009, pero no ha sido hasta el presente año cuando han conseguido por fin
legar un larga duración que certifique el potencial de esta banda con veteranos
de la escena provenientes de grupos como The Hangmen. Perros viejos que no se
complican demasiado la vida y ofrecen su reputada solvencia en el campo del
rock n’ roll punkarra en la línea de Supersuckers, The Hellacopters e incluso
algún destello clasicote tipo Thin Lizzy.
Ante un respetable selecto que no alcanzaba el medio
centenar, era día entre semana, ya se sabe, las ratas de cloaca de Barrio Tiger extendieron la palabra
revelada de su obra ‘Ave María’ con “Pete’s Dragon”, un trallazo directo a la
yugular ideal para sacar del estupor a la concurrencia con esos riffs al
tuétano deudores de Backyard Babies o Social Distortion. “Dying To Live”
reincide en la misma idea con un estribillo para canturrear mientras una bebida
espirituosa resbala por el gaznate.
No hay demasiadas sorpresas en su repertorio, vuelta y
vuelta a ese debut con portada religiosa que se pasa como un suspiro, casi
igual que su concierto, pues apenas alcanzaron los 45 minutos. Uno de los
puntos álgidos estuvo sin duda en su versión del “Problems” de Sex Pistols, una
piedra angular del punk que hoy en día sigue sonando tan apabullante como hace
cuatro décadas, el peso del tiempo no ha mermado en absoluto su potencial
incendiario.
“Born Ready” y “Bullet” reflejan la fidelidad a los
principios establecidos, temas que casi se atropellan unos con otros, sin
respiro ni charlas inútiles, esto es lo que hay, para marear la perdiz ya
existen cientos de grupos. Había pocos fieles, pero los suficientes para armar
una gresca mínima de cara a unos bises que fueron concedidos sin apenas
rechistar. Por un lado, el “Get It On” de Turbonegro, infalible para poner
patas arriba cualquier recinto de
aficionados a la pura electricidad y a los mástiles en alto. Y la última
versión tampoco defraudó, pues se trató del eterno “Rock N’ Roll” de Lou Reed,
muy yanqui, aunque le añadieron la
preceptiva furia punk.
Como hemos dicho, muy corto fue el rollo, pero lo necesario
para captar la esencia de la que están hechas estas criaturas de suburbio que
apelan a los más bajos instintos. Sin postureos ni mierdas. Lo dejan bien claro
en la letra de “Special Purpose”: “Cuando
vamos a la iglesia, pasamos el rato con santos, pero cuando vamos a beber, ya
sabes que no”. No lo dudamos. Serían buenos compañeros de parranda.
TEXTO Y FOTOS:
ALFREDO VILLAESCUSA
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