Allá casi por la noche de los tiempos había un lugar que
ejercía una fascinación tremenda en los músicos estadounidenses y en el resto del
mundo. El propio Alice Cooper comentaba en su autobiografía entre consejos de
golf que tocar en Detroit era durante los setenta un privilegio solo al alcance
de unos pocos, había que tener una pasta especial, dejarse de zarandajas y
proporcionar un show con agallas. La herencia de leyendas del protopunk como
The Stooges o MC5 se sentía en demasía en esos lares y ni siquiera Alice se
libró de recibir un pastel en toda la cara mientras trataba de hipnotizar a la
audiencia. Otro de esos episodios surrealistas como el famoso numerito de Iggy
Pop embadurnándose de salsa de cacahuete.
Muy vinculado a aquella incendiaria escena estaba el
fundador de Radio Birdman Deniz Tek, nacido en Ann Arbor, Michigan, una ciudad
universitaria cerca de Detroit donde de bien jovenzuelo se empapó de aquellos
sonidos capaces de levantar del asiento a cualquiera. Luego se mudaría a
Australia en 1972 para comenzar sus estudios de medicina y allí se convertiría
en todo un pionero del rock visceral al fundar Radio Birdman junto a su colega
Rob Younger y desencadenar de esta manera la actividad musical en una tierra
que era un páramo en lo que se refería a grupos rockeros.
Con un currículum tan prolífico, no era de extrañar que el
Satélite un pleno domingo al mediodía estuviera abarrotado hasta la bandera, un
servidor no sabe de dónde saca la peña esa fuerza descomunal para salir de
fiesta el sábado y luego fichar como un pincho al día siguiente. ¿O quizás la
mayoría son de mantita y peli por la noche? En fin, seguimos pensando que
levantarse antes de la 1 es de mala educación, tal y como afirmó Enrique
Bunbury.
Sin darse en absoluto la importancia que merece, Deniz Tek acompañado de banda mexicana
y el inquieto guitarrista de The Fleshtones Keith Streng evocó de primeras las
propiedades flamígeras del repertorio de Radio Birdman con “Breaks My Heart” y
no se apartó demasiado de esa onda con “Workingman’s Shoes” antes de rememorar
el rollo decadente de unos Dead Boys con “Can Of Soup”. Con tanto ímpetu, nadie
diría que se trataba de la hora del aperitivo, de hecho, ese mismo día estarían
por la tarde también en Irún en una de esas giras para tirar millas como alma
que lleva el diablo.
Reincidieron en novedades enérgicas del calibre de “Prison
Mouse” y hasta se atrevieron con una suerte de surf con ecos de
spaghetti-western en “Comanche”. Añadieron cierto poso psicodélico en “New York
Confidential” y no descuidaron la trayectoria pasada de Deniz al rescatar
“Brother John” de los australianos The Visitors. Iban como un tiro, sin pausa
ninguna, con un batería apabullante y alguno como el guitarrista de The
Fleshtones parecía incluso que hasta se había metido algo. ¿Sobredosis de café?
A este tipo le encantaban las posturitas, así se lo hizo
saber a los fotógrafos de las primeras filas, pero también dispuso de su
momento de gloria al tomar la voz cantante para “Never Grew Up” de The
Fleshtones. Y en esa senda ascendente se decantaron por todo un clásico del
post punk británico, “Shot By Both Sides” de Magazine, quizás la primera vez en
la vida que escuchamos semejante temazo en directo. Ojalá se reivindicara más a
menudo esta banda a medio camino entre la furia punk, el art rock y la new wave.
Por motivos incomprensibles, dejaron fuera algunos temas que
sí estaban previstos en el set list, aunque la recta final fue de auténtico
infarto, para quitar la tontería de cualquiera que a estas alturas todavía no tuviera
las cosas claras. Ahí estaba el “Hand Of Law” de Radio Birdman para despedirse
por todo lo alto reivindicando la trayectoria de Deniz y provocando el delirio
absoluto en la peña, transformada ipso facto en jabalíes descontrolados
imposibles de apaciguar.
Casi una hora de bolo que supo a poco y que más bien parecía
un aperitivo dominguero. Los tíos muy profesionales, eso sí, sin aflojar el
pistón en ningún momento, currantes absolutos. No extraña que en abril de 2011
Deniz Tek se uniera a Iggy Pop & The Stooges en una actuación en su Ann
Arbor natal. Encarna como nadie el espíritu de Detroit. Agallas cien por cien.
TEXTO Y FOTOS:
ALFREDO VILLAESCUSA
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