Sala Satélite T,
Bilbao
Hay personas que revolucionan las tablas. Da igual por donde
pasen. A un servidor le vienen ahora a la cabeza los saltos al público del casi
septuagenario Iggy Pop, los múltiples desvaríos escénicos de Juliette Lewis, o
en otro plano, la fuerza poética y el inefable aura que todavía sigue
conservando Patti Smith en las distancias cortas. No faltan referentes que
conviertan el para algunos rutinario hecho de subirse a un escenario en una
auténtica celebración de la vida, un inaudito despliegue de energía que
distingue a las almas puras de las que parecen estar bajo tierra desde antes de
tiempo.
Herederos de toda esta tradición de figuras epatantes son
The Love Me Nots, combo paritario de Phoenix, Arizona, que ya en los primeros
momentos de su trayectoria recibieron un importante espaldarazo de público allá
por el pleistoceno vía My Space. En vista de la demanda, no tardaron en
patearse el suroeste norteamericano y conseguir aparecer en diversas radios del
país, incluido en ‘The Underground Garage’, el popular programa del escudero de
Bruce Springsteen Steve Van Zandt y que es considerado una especie de gurú
dentro del rock.
Las chicas de The Love Me Nots. |
Su visita a la península estaba ya marcada en rojo por gran
parte del rockerío local, por lo que no extrañó que el Satélite T volviera a
registrar una afluencia más que reseñable para un día entre semana. Por
desgracia, como les pasó recientemente a las chicas de The Baboon Show, a la
banda le pilló una gripe en medio de la gira y se vieron obligados a cancelar
el show de Valencia. De hecho, nos comentaron que previamente al bolo bilbaíno
andaban con 39 de fiebre, por lo que la espada de Damocles de la suspensión
revoloteaba por ahí.
Pero The Love Me Nots
entraron a escena con determinación y casi pareció que se olvidaron en la
maleta su estado febril. “¡Es la magia
del rock n’ roll!”, decía el promotor como si se hubiera producido un
milagro bíblico similar al de los panes y los peces. Y menos mal que en teoría
estaban de capa caída, no queremos imaginar en lo que se habría convertido
aquello si llegan a estar en plenas facultades.
Evocando el poso psicodélico de The Doors a través del
teclado y con contoneos sensuales escuela The Cramps, no tardaron en engatusar
con “Don’t Let Him” y “You Gotta Go”, piezas que abren su último largo
‘Sucker’. Tenían además una bajista estilosa a lo Poison Ivy, impasible, pero
con clase. Una pena que se hubiera olvidado ese sombrero con el que aparece en
las fotos promocionales.
La voceras Nicole era un auténtico huracán, deudora absoluta
del cuelgue en escena de Juliette Lewis y expulsando de vez en cuando verborrea
poética cual Patti Smith. A veces incluso tocaba el teclado en posiciones
inverosímiles y el bolo se acercaba a una especie de feria gitana, una
sensación acrecentada por sus movimientos de manos. Faltaba echar las cartas.
Posiciones curiosas para tocar el teclado. |
“You’re Really Something” se amoldó más a lo que podríamos
entender por garaje, aunque lo cierto es que bebían de varios estanques, porque
aparte de los omnipresentes The Cramps llegaban ecos de The Stranglers o
incluso de The Zombies u otras insignes figuras de la British Invasion. Y de
vez en cuando sorprendían con un blues de garito humeante tipo “Broken”, un
tema de esos para acomodarse en una esquina con un sombrero y mirar al resto de
la concurrencia con cara de perdonavidas, como si realmente fuera su día de
suerte. Os habéis librado, chicos.
Aparte de las vistosas féminas, se notaba que tanto el
batería como el guitarra, que respondía al etílico nombre de Michael Johnny
Walker, andaban también muy rodados. No en vano se han recorrido en varias
ocasiones la costa oeste estadounidense y no es tampoco la primera vez que
llegan hasta Europa. En su currículum de actuaciones en vivo figuran shows
compartidos con auténticos personajes de relumbrón como Joe Cocker, The Jim
Jones Revue o Supersuckers.
La cantante había comenzado con pelo liso, pero para estas
alturas ya parecía una leona total, era lo normal con cortes enérgicos como
“The End Of The Line”. Contamos además con la participación de un improvisado
traductor simultáneo que nos iba relatando las palabras de Nicole, se requirió
tanto sus servicios que únicamente le faltó salir a cantar.
No se olvidaron por supuesto de su trallazo “You’re Not
Giving Me Enough” o del aire ye-ye de “Make Up Your Mind”, con ese ineludible
colchón de teclado que te sumergía en una burbuja psicotrópica. El personal
estaba tan desbocado que el guitarra no dudó en adentrarse en el mar de fieles.
Y ante los requerimientos de la afición regalaron el bis “I Do”, ideal para
conducir con gafas de sol en un descapotable por la Ruta 66 y hacer una parada
en algún garito de mala muerte.
El etílico Michael Johnny Walker exprimiendo la guitarra. |
Dice la leyenda que The Love Me Nots se formaron en un
garaje sudoroso de Phoenix en el
caluroso verano del 2006. Por esas latitudes tendría que pegar de cojones, eso
no cabe duda, aunque no debería diferenciarse demasiado del ambiente asfixiante
vivido aquella noche en el Satélite. El sudor congénito de unos amantes de la
vida en la carretera.
TEXTO Y FOTOS: ALFREDO
VILLAESCUSA
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