martes, 1 de marzo de 2016

THE LOVE ME NOTS: UN GARAJE SUDOROSO



Sala Satélite T, Bilbao

Hay personas que revolucionan las tablas. Da igual por donde pasen. A un servidor le vienen ahora a la cabeza los saltos al público del casi septuagenario Iggy Pop, los múltiples desvaríos escénicos de Juliette Lewis, o en otro plano, la fuerza poética y el inefable aura que todavía sigue conservando Patti Smith en las distancias cortas. No faltan referentes que conviertan el para algunos rutinario hecho de subirse a un escenario en una auténtica celebración de la vida, un inaudito despliegue de energía que distingue a las almas puras de las que parecen estar bajo tierra desde antes de tiempo.

Herederos de toda esta tradición de figuras epatantes son The Love Me Nots, combo paritario de Phoenix, Arizona, que ya en los primeros momentos de su trayectoria recibieron un importante espaldarazo de público allá por el pleistoceno vía My Space. En vista de la demanda, no tardaron en patearse el suroeste norteamericano y conseguir aparecer en diversas radios del país, incluido en ‘The Underground Garage’, el popular programa del escudero de Bruce Springsteen Steve Van Zandt y que es considerado una especie de gurú dentro del rock.

Las  chicas de The Love Me Nots.
 Su visita a la península estaba ya marcada en rojo por gran parte del rockerío local, por lo que no extrañó que el Satélite T volviera a registrar una afluencia más que reseñable para un día entre semana. Por desgracia, como les pasó recientemente a las chicas de The Baboon Show, a la banda le pilló una gripe en medio de la gira y se vieron obligados a cancelar el show de Valencia. De hecho, nos comentaron que previamente al bolo bilbaíno andaban con 39 de fiebre, por lo que la espada de Damocles de la suspensión revoloteaba por ahí.

Pero The Love Me Nots entraron a escena con determinación y casi pareció que se olvidaron en la maleta su estado febril. “¡Es la magia del rock n’ roll!”, decía el promotor como si se hubiera producido un milagro bíblico similar al de los panes y los peces. Y menos mal que en teoría estaban de capa caída, no queremos imaginar en lo que se habría convertido aquello si llegan a estar en plenas facultades. 


Evocando el poso psicodélico de The Doors a través del teclado y con contoneos sensuales escuela The Cramps, no tardaron en engatusar con “Don’t Let Him” y “You Gotta Go”, piezas que abren su último largo ‘Sucker’. Tenían además una bajista estilosa a lo Poison Ivy, impasible, pero con clase. Una pena que se hubiera olvidado ese sombrero con el que aparece en las fotos promocionales.

La voceras Nicole era un auténtico huracán, deudora absoluta del cuelgue en escena de Juliette Lewis y expulsando de vez en cuando verborrea poética cual Patti Smith. A veces incluso tocaba el teclado en posiciones inverosímiles y el bolo se acercaba a una especie de feria gitana, una sensación acrecentada por sus movimientos de manos. Faltaba echar las cartas.

Posiciones curiosas para tocar el teclado.
 “You’re Really Something” se amoldó más a lo que podríamos entender por garaje, aunque lo cierto es que bebían de varios estanques, porque aparte de los omnipresentes The Cramps llegaban ecos de The Stranglers o incluso de The Zombies u otras insignes figuras de la British Invasion. Y de vez en cuando sorprendían con un blues de garito humeante tipo “Broken”, un tema de esos para acomodarse en una esquina con un sombrero y mirar al resto de la concurrencia con cara de perdonavidas, como si realmente fuera su día de suerte. Os habéis librado, chicos.

Aparte de las vistosas féminas, se notaba que tanto el batería como el guitarra, que respondía al etílico nombre de Michael Johnny Walker, andaban también muy rodados. No en vano se han recorrido en varias ocasiones la costa oeste estadounidense y no es tampoco la primera vez que llegan hasta Europa. En su currículum de actuaciones en vivo figuran shows compartidos con auténticos personajes de relumbrón como Joe Cocker, The Jim Jones Revue o Supersuckers.


La cantante había comenzado con pelo liso, pero para estas alturas ya parecía una leona total, era lo normal con cortes enérgicos como “The End Of The Line”. Contamos además con la participación de un improvisado traductor simultáneo que nos iba relatando las palabras de Nicole, se requirió tanto sus servicios que únicamente le faltó salir a cantar.

No se olvidaron por supuesto de su trallazo “You’re Not Giving Me Enough” o del aire ye-ye de “Make Up Your Mind”, con ese ineludible colchón de teclado que te sumergía en una burbuja psicotrópica. El personal estaba tan desbocado que el guitarra no dudó en adentrarse en el mar de fieles. Y ante los requerimientos de la afición regalaron el bis “I Do”, ideal para conducir con gafas de sol en un descapotable por la Ruta 66 y hacer una parada en algún garito de mala muerte.

El etílico Michael Johnny Walker exprimiendo la guitarra.
 Dice la leyenda que The Love Me Nots se formaron en un garaje sudoroso de Phoenix  en el caluroso verano del 2006. Por esas latitudes tendría que pegar de cojones, eso no cabe duda, aunque no debería diferenciarse demasiado del ambiente asfixiante vivido aquella noche en el Satélite. El sudor congénito de unos amantes de la vida en la carretera.

TEXTO Y FOTOS: ALFREDO VILLAESCUSA






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