miércoles, 3 de abril de 2019

BULLET PROOF LOVERS: FUERA DE CONTROL


Pub El Mendigo, Barakaldo

Con la llegada de las nuevas tecnologías quizás hemos perdido la perspectiva acerca de demasiadas cosas. Por ejemplo, lo costoso que resultaba en determinadas ocasiones acudir a un simple concierto. Porque aunque hoy en día parezca impensable, hubo un tiempo en el que apenas se hacían bolos en la capital vizcaína y para ver grupos internacionales había que tirar millas y recorrerse un kilometraje por el que las generaciones actuales no levantarían ni un párpado. Una mera cuestión de costumbres. Y de sacrificio, claro.

Un ejemplo de esto último sería sin duda el de un chaval que nos encontramos que había venido desde Mundaka (unos 40 km.) para ver un bolo de Bullet Proof Lovers en Barakaldo y no tenía reparo en confesar que para la vuelta le esperaban unos 70 pavos de taxi. Y a pesar de compadecer este desgraciado caso, lo cierto es que entendemos a la perfección esa fidelidad a prueba de bombas tributada a un grupo que hasta el momento nunca le hemos visto fallar en las distancias cortas. Garantía de calidad.

A estas alturas hemos perdido la cuenta de las veces que podemos coincidir con ellos a lo largo del año, ya sea en recitales propios, teloneros u otro tipo de circunstancias. Pero da igual, salvo fuerza mayor o algún evento de descomunal relevancia que merezca ser cubierto, difícilmente nos perderemos la cita con este supergrupo de verdad formado por el gran Kurt Baker y peña de Nuevo Catecismo Católico y Discípulos de Dionisos. Una conjunción de talentos capaz de deslumbrar desde al seguidor más empedernido hasta el curioso que se acerca para comprobar de qué va su rollo. Cuidado, es muy probable que el segundo se transforme de inmediato en lo primero.

Con una multitud suficiente para montar cierta gresca, los castellonenses Delest abrieron la velada con un punk rock tan cercano al rock urbano que a veces se confundía con este último, aunque sin descuidar una importante influencia de combos californianos tipo NOFX o Bad Religion. Al margen de etiquetas, lo cierto es que se curraron su tiempo en escena y no dudaron en rendir homenaje a punkis patineros con el “Bring Me Home” de Millencolin o a leyendas como los Ramones con su recordado tema homónimo compuesto por Motörhead, un trallazo infalible en cualquier situación. No nos aburrimos ni un ápice.
Delest, entre el punk melódico y el rock urbano.
Decía el gran Ray Loriga que “los únicos que pueden hablar de accidentes son los atropellados” y probablemente con esta frase tan trascendental se refería a que para conocer algo, hay que probarlo de primera mano, sin medias tintas y sin dejar que la aborregada opinión del vulgo nos influya. Eso es lo que sucede con Bullet Proof Lovers, que conviene catarlos a la distancia más corta posible y sin contraindicación alguna, pues lo mismo valen para días animados que para esos estados carenciales del espíritu en los que lo que menos apetece es moverse de casa. Un bálsamo a precio regalado.

Basta contemplar a Kurt Baker desenvolverse a las tablas con su profesionalidad habitual para darse cuenta de que ahí tenemos algo grande de veras. Y su apabullante estilo a caballo entre el punk y el power pop hace el resto. “It’ll Be Allright” supone un chute de energía inmenso mientras se va preparando el terreno para un “Ain’t No Joke” en el que no sería descabellado que por la cabeza pasaran nombres como The Hellacopters, o Kiss mismamente, esos coros del estribillo nos darán la razón.

Que se casquen un “Can’t Let Go” a tope de revoluciones serviría de sobra para añadir fieles al culto y su joya “Breaking Down” subiría otro escalón por su espectacular estribillo y melodía, de esos de los que no te puedes quitar de la cabeza una vez que lo escuchas. A lo largo de la historia de la música muchos pedantes han denigrado lo facilón y no son pocos los que opinan todavía que hay que estar continuamente buscando los tres pies al gato para labrarse un buen porvenir, como dirían las personas decentes de cierta edad. Nada más lejos de la realidad con lo que cuesta encontrar ese toque maestro que perdure más allá de la siguiente canción. Y lo dice alguien que se traga unos cuantos discos al día.

Con semejante ímpetu, era hasta normal que algunos se exaltaran, como el megafan que mencionábamos al principio de la crónica y que no tardó en atraer la atención de Kurt Baker con sus entusiastas palmas y hasta alabando al propio vocalista como si de un mesías se tratase. Un acto justificado por completo, pues Baker sigue dejándose la piel y cantando como un auténtico dios en cada concierto. Un grande. ¿Alabanzas? Pues me parece poco. Monumento ya.

La huella de la época gloriosa de Paul Stanley y Gene Simmons volvió a sobresalir en “Take It Or Leave It”, y como en las pelis americanas, Kurt Baker nos animó a decir a las amistades que habían vuelto. Lo constataron con el tema nuevo “I Don’t Want To Want No More”, que se intuyó muy prometedor y nos puso los dientes largos hasta su próximo lanzamiento, habida cuenta de lo alto que se encuentra ya el listón. Y “Drive It Outta Control” pudo convertirse en toda una metáfora de lo que se observó aquella noche, un bolazo frenético con peña desbocada por completo, tanto arriba como abajo del escenario.

La traca final fue de infarto con “Radioactive Love”, “I’m Your Radio” o ese “Nothing I Can’t Do” que sigue levantando del sitio una y otra vez. Presa del entusiasmo generalizado, el carismático voceras se sumergió de improvisto entre la parroquia para desatar el jolgorio, una estrategia infalible para quedarse con el personal. Y desde ahí aquello fue a más, con algún miembro llevado a burros antes de que aceleraran para una última arremetida con el ritmo del “Yeah, Yeah, Yeah” de The Vibrators de fondo. Extasiado total.

Una noche fuera de control que estamos deseando que se repita lo antes posible. Frente a las inseguridades de la vida, he aquí un valor fiable que no ha fallado hasta el momento al que uno se puede encomendar en cuerpo y alma. Existen numerosas pruebas de fe.

TEXTO Y FOTOS: ALFREDO VILLAESCUSA









No hay comentarios:

Publicar un comentario