miércoles, 18 de septiembre de 2019

ROKY ERICKSON. WE’RE GONNA MISS HIM. AITOR OCHOA (SOUL GESTAPO) & MAD MULE + LA SECTA + SILVER SURFING MACHINE: UN PROFETA DE LA ELECTRICIDAD


Kafe Antzokia, Bilbao

Lo suyo de los homenajes debería ser hacerlos cuando el tipo en cuestión está vivo. Pero al igual que las redes sociales se llenan de mensajes de condolencia, vídeos y demás cuando fallece alguien famoso, no deja de resultar paradójico que se produzca tanta muestra de afecto justo en el momento en que uno anda criando malvas. Un fenómeno similar al de esas encuestas de políticos mejor valorados que siempre suelen ganar los líderes de los partidos que menos votos tienen. Las palabras del califa rojo “Queredme menos, pero votadme más” todavía resuenan ante tanto postureo, falso luto y repentinos fans que salen hasta de debajo de las piedras.

No obstante, todo esfuerzo destinado a recordar el legado de cualquier mito es bienvenido, por mucho que llegue tarde y con el interesado bien finado. La verdad es que un servidor nunca ha seguido muy de cerca la trayectoria de Roky Erickson y lo poco que conocemos de él o de 13th Floor Elevators es a través de versiones de otros grupos a los que admiramos, caso de The Hellacopters. Nuestro campo de acción abarca una porción más que extensa de estilos, pero de vez en cuando aparecen algunos flecos. He aquí uno de ellos. 

La Secta y su infierno abrasivo
 Con el predicamento que le presuponíamos a Erickson en el mundillo del rock n’ roll, barruntábamos que el Kafe Antzokia aquella noche andaría a reventar como en otras sesiones de Izar & Star. Nada más lejos de la realidad, pues al principio el ambiente era un tanto desangelado, aunque al final se acabara animando la cosa. Ya lo mencionamos en el post anterior, esa semana parecía que una hecatombe nuclear había asolado Bilbao, apenas se veía a gente, ni en conciertos ni en garitos.

El tributo al pionero del rock psicodélico comenzó con los locales Silver Surfing Machine, una elección muy acertada para el evento, ya que también le dan a las marcianadas siderales. El vocalista Rudy Mental, todo un conocido en la escena, se mostró muy competente tanto a la voz como a la guitarra, lo cual tiene su mérito porque no parece muy sencillo bordar las delirantes y enérgicas seis cuerdas de Erickson. De esta manera se cascaron solos estratosféricos, en otros momentos montaron un interesante mantra hipnótico y acabaron como señores con una apoteosis ruidista de las de poner pelos de punta. Muy decentes, sí señor.  

Silver Surfing Machine bordaron las marcianadas.
 Y un combo con la solera de La Secta tampoco iba a defraudar ni mucho menos. Porque aparte del detalle de que en esta reencarnación actual suenan cañón en directo, como hemos catado en ocasiones precedentes, gran parte de su atractivo en las distancias cortas reside en la actitud de su eterno líder Gorka Munster, que suele oficiar descalzo cual hippie y con un desparpajo similar a Iggy Pop, un grande del escenario, en definitiva.

“Don’t Slander Me”, por ejemplo, les quedó muy digna al recrear a la perfección su rock n’ roll macarra y ambiente de garito humeante. E insuflaron con notable habilidad el infierno abrasivo inherente a las piezas de Erickson, que a veces tampoco distaba demasiado de las composiciones propias. Agallas para regalar.
 
Aitor Ochoa & Mad Mule, el último de los oficiantes.
Aitor Ochoa (Soul Gestapo) & Mad Mule completó el trío de artistas de la noche sin desmerecer en absoluto lo que habíamos visto antes y situándose en pie de igualdad con sus predecesores a las tablas. “Starry Eyes” reveló las extraordinarias cualidades de su voceras al tiempo que su apabullante muro de sonido realzaba hasta una pieza relajada de esas características. Las guitarras potentes volvieron a cobrar protagonismo y no nos olvidamos de ellas ni siquiera en medios tiempos tenebrosos ni en ese rock n’ roll macarra que provocaba que algunos sujetos entraran en trance. Hasta se levantaron mástiles como The Hellacopters.

Tres bandas que bordaron el papel encomendado y que propiciaron que el bolo se nos pasara en un santiamén, a la par que nos abrían los ojos ante el descomunal legado de Roky Erickson. Precisamente un promotor nos comentaba hace poco que estuvo en negociaciones para traer al mismo líder de 13th Floor Elevators cuando de repente se murió. Así sin avisar a nadie. Que descanse en paz este profeta de la electricidad.

TEXTO Y FOTOS: ALFREDO VILLAESCUSA




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