Kafe Antzokia, Bilbao
Lo suyo de los homenajes debería ser hacerlos cuando el tipo
en cuestión está vivo. Pero al igual que las redes sociales se llenan de
mensajes de condolencia, vídeos y demás cuando fallece alguien famoso, no deja
de resultar paradójico que se produzca tanta muestra de afecto justo en el
momento en que uno anda criando malvas. Un fenómeno similar al de esas
encuestas de políticos mejor valorados que siempre suelen ganar los líderes de
los partidos que menos votos tienen. Las palabras del califa rojo “Queredme menos, pero votadme más”
todavía resuenan ante tanto postureo, falso luto y repentinos fans que salen
hasta de debajo de las piedras.
No obstante, todo esfuerzo destinado a recordar el legado de
cualquier mito es bienvenido, por mucho que llegue tarde y con el interesado
bien finado. La verdad es que un servidor nunca ha seguido muy de cerca la
trayectoria de Roky Erickson y lo poco que conocemos de él o de 13th Floor
Elevators es a través de versiones de otros grupos a los que admiramos, caso de
The Hellacopters. Nuestro campo de acción abarca una porción más que extensa de
estilos, pero de vez en cuando aparecen algunos flecos. He aquí uno de ellos.
La Secta y su infierno abrasivo |
Con el predicamento que le presuponíamos a Erickson en el
mundillo del rock n’ roll, barruntábamos que el Kafe Antzokia aquella noche
andaría a reventar como en otras sesiones de Izar & Star. Nada más lejos de
la realidad, pues al principio el ambiente era un tanto desangelado, aunque al
final se acabara animando la cosa. Ya lo mencionamos en el post anterior, esa
semana parecía que una hecatombe nuclear había asolado Bilbao, apenas se veía a
gente, ni en conciertos ni en garitos.
El tributo al pionero del rock psicodélico comenzó con los
locales Silver Surfing Machine, una
elección muy acertada para el evento, ya que también le dan a las marcianadas
siderales. El vocalista Rudy Mental, todo un conocido en la escena, se mostró
muy competente tanto a la voz como a la guitarra, lo cual tiene su mérito
porque no parece muy sencillo bordar las delirantes y enérgicas seis cuerdas de
Erickson. De esta manera se cascaron solos estratosféricos, en otros momentos
montaron un interesante mantra hipnótico y acabaron como señores con una
apoteosis ruidista de las de poner pelos de punta. Muy decentes, sí señor.
Silver Surfing Machine bordaron las marcianadas. |
Y un combo con la solera de La Secta tampoco iba a defraudar ni mucho menos. Porque aparte del
detalle de que en esta reencarnación actual suenan cañón en directo, como hemos
catado en ocasiones precedentes, gran parte de su atractivo en las distancias
cortas reside en la actitud de su eterno líder Gorka Munster, que suele oficiar
descalzo cual hippie y con un desparpajo similar a Iggy Pop, un grande del
escenario, en definitiva.
“Don’t Slander Me”, por ejemplo, les quedó muy digna al
recrear a la perfección su rock n’ roll macarra y ambiente de garito humeante.
E insuflaron con notable habilidad el infierno abrasivo inherente a las piezas
de Erickson, que a veces tampoco distaba demasiado de las composiciones
propias. Agallas para regalar.
Aitor Ochoa (Soul
Gestapo) & Mad Mule completó el trío de artistas de la noche sin
desmerecer en absoluto lo que habíamos visto antes y situándose en pie de
igualdad con sus predecesores a las tablas. “Starry Eyes” reveló las
extraordinarias cualidades de su voceras al tiempo que su apabullante muro de
sonido realzaba hasta una pieza relajada de esas características. Las guitarras
potentes volvieron a cobrar protagonismo y no nos olvidamos de ellas ni
siquiera en medios tiempos tenebrosos ni en ese rock n’ roll macarra que
provocaba que algunos sujetos entraran en trance. Hasta se levantaron mástiles
como The Hellacopters.
Tres bandas que bordaron el papel encomendado y que
propiciaron que el bolo se nos pasara en un santiamén, a la par que nos abrían
los ojos ante el descomunal legado de Roky Erickson. Precisamente un promotor
nos comentaba hace poco que estuvo en negociaciones para traer al mismo líder
de 13th Floor Elevators cuando de repente se murió. Así sin avisar a nadie. Que
descanse en paz este profeta de la electricidad.
TEXTO Y FOTOS:
ALFREDO VILLAESCUSA
No hay comentarios:
Publicar un comentario